Es normal que en las películas de ciencia ficción los héroes tengan que enfrentarse a una amenaza terrible, pero estas son las más extrañas que hemos encontrado
Villanos en películas de ciencia ficción
A lo largo de los años, Hollywood ha presentado al público de las películas de ciencia ficción todo tipo de monstruos del espacio exterior. Después de todo, ¿cómo vas a hacer que tu protagonista se vea bien si no hay una abominación con púas que vomite vaselina para ponerlo en peligro? A menudo, la bestia es solo eso, una némesis apresuradamente concebida para que nuestro héroe la derrote.
Pero, a veces, los directores de cine se lo toman en serio y crean enemigos que no solo podrían suponer una amenaza para la tripulación del S.S. Cualquiera o de la Estación Ártica Con Nombre Aleatorio, sino para toda la humanidad. Por ejemplo, el Alien diseñado por H.R. Giger, de la serie de películas del mismo nombre. Una escena eliminada revelaba que el xenomorfo era capaz de transformar a otros seres en huevos, lo que significaba que si un solo huevo o Alien llegaba a la Tierra, todo el planeta podría verse inundado por la criatura.
De repente, no basta con que uno o dos afortunados supervivientes se arrastren fuera de los escombros, sino que tienen que impedir que el organismo/entidad/horror antiguo llegue a la civilización. Algunos protagonistas de la ciencia ficción llegan incluso a optar por el autosacrificio para destruir algo que podría condenar a la humanidad. Así que, en honor a sus sacrificios ficticios, hemos elaborado una lista de los monstruos más extraños de las películas de ciencia ficción que podrían destruir la humanidad.
Os dejamos algunos villanos curiosos en películas de ciencia ficción
El Área X de Aniquilación (2018)
Es difícil definir con exactitud si el Área X, la zona de alteración de la realidad y el ADN de Aniquilación, la película dirigida por Alex Garland, es un mensaje, un arma, un intento de terraformar la Tierra o simplemente algo que no podemos comprender. ¿Hay una base científica para el Área X? No exactamente, pero su lenta expansión podría verse como una alegoría del cambio climático.
A menos que Lena, el personaje de Natalie Portman en la película, lo apague, se habría expandido hasta engullir la Tierra, deformando y mezclando toda la vida. Lo que resulta aún más inquietante es que, aunque la película no especifica una velocidad, podrían ser las generaciones futuras las que se enfrentaran a la aniquilación.
Calvin, de Life (2017)
La amenaza marciana en la película Life de 2017 es un organismo unicelular apodado Calvin que rápidamente crece hasta convertirse en multicelular. Las células de Calvin pueden cambiar en cualquier momento, convirtiéndose en músculos o nervios, lo que lo hace enormemente adaptable y difícil de matar. Además, crece cada vez que come. ¿Podría entonces un nuevo Calvin devorar el mundo entero, extendiéndose a lo largo y ancho de la Tierra?
Un solo Calvin probablemente no. Como explicó Gregory Laughlin, profesor de astronomía y astrofísica de la Universidad de California, hay límites en el tamaño de los animales. Pero si Calvin fuera capaz de reproducirse asexualmente, su descendencia, y la descendencia de ésta, podría llegar a convertirse en los nuevos depredadores supremos de la Tierra.
El ente alienígena de Virus (1999)
Como película, Virus definitivamente funciona, pero la entidad alienígena es motivo de pesadillas. Un ser de energía que odia a los humanos, que fue transportado a una nave de investigación soviética y utilizó el taller de máquinas para producir robots asesinos. Lo que hace que esto sea un potencial exterminador de personas, incluso más que cuando se filmó, es que ahora hay muchos sistemas de los que el ente podría apropiarse si fuera transportada a tierra firme.
Es cierto que los misiles nucleares no pueden lanzarse sin intervención humana, pero ya se están poniendo armas en los perros robot, los drones se utilizan a menudo, y los coches autodirigidos están en fase de desarrollo… bueno, ya os hacéis una idea.
Audrey II en La pequeña tienda de los horrores (1986)
En el musical de los años ochenta La pequeña tienda de los horrores, una planta devoradora de hombres venida del espacio exterior, llamada cariñosamente Audrey II, intentaba conquistar el mundo. Su plan, que se desarrollaba a lo largo de unas semanas, consistía en hacer famoso a su “dueño” (Rick Moranis) y luego enviar sus semillas a un público ansioso. En el mundo actual, eso llevaría cinco minutos: basta con que unos cuantos influencers muestren sus mini-Audreys y el planeta se llenaría de invasores alienígenas carnívoros.
¿Deberías preocuparte por las plantas devoradoras de humanos? Aunque no habla ni canta, la Nepenthes rajah sí puede, como mucho, comer pequeños mamíferos, así que por suerte no existe un equivalente real a Audrey II. ¿Se haría viral en TikTok la moda de “deja que tu planta beba tu sangre”? Sin ninguna duda.
La gente vaina de La invasión de los ultracuerpos (1978)
El remake de La invasión de los ladrones de cuerpos era mejor que el original de 1956, pero ambas compartían la misma premisa. En ella, unas semillas alienígenas gelatinosas llegan a la Tierra, se convierten en vainas y, mientras la gente duerme, las sustituyen por copias sin emociones. Lo que convierte a la gente vaina en un enemigo peligroso, y que les permitiría acabar rápidamente con la humanidad, es que pueden reconocer a otra persona vaina al verla. Esto les permite coordinar sus esfuerzos, conquistando San Francisco (y potencialmente el resto del mundo) en dos días.
Por muy descabellada que parezca la existencia de la gente vaina, hay un problema más básico con esta premisa. Tal y como señala un estudio publicado en el International Journal of Astrobiology, la salida y entrada de un planeta causaría un daño enorme a las semillas. Aun así, aunque las semillas del estudio no sobrevivieron a los choques extremos con la atmósfera de la Tierra y el planeta en sí, una fracción sustancial de la masa de las semillas sí lo hizo y podría transportar con éxito materiales orgánicos complejos tras el impacto.
