¿Qué motivos podrían haber llevado a Stan Lee a tomar la decisión de abandonar Marvel?
Pese a que falleció en 2018, el nombre de Stan Lee siempre lo asociaremos con Marvel. Sin embargo, hubo una época en la que el rumbo de los acontecimientos pudo hacer que las cosas hubieran sido muy distintas, tal y como puedes comprobar si continuas leyendo este artículo.
En 1970, Stan Lee reconoció sentirse frenético, fatídico y frenopático por el hecho de que, poco a poco, habían ido desapareciendo de Marvel grandes colaboradores, como Steve Ditko, Flo Steinberg, Joe Simon, Jack Kirby, Sol Brodsky o John Severin. Incluso Martin Goodman tenía ya un pie fuera de la Casa de las Ideas. Era el momento de ponerse a observar más estrechamente las estrategias editoriales y buscar cambios.
Stan Lee habló con el poeta Kenneth Koch sobre la idea de escribir cómics sobre política y llego a reunirse con Carmine Infantino, de la editorial DC, para fundar la Academia de las Artes del Cómic. Además, con la ayuda de Chip Goodman, consiguió ganarle la batalla al Comics Code Authority, lo que le permitió tratar del tema del consumo de drogas en la colección mensual de Spiderman.
Esta victoria sobre la censura permitía a Marvel sacar cabeceras protagonizadas por monstruos clásicos del terror. Sin embargo, Stan Lee empezaba a sentirse cansado de producir material de este tipo para una empresa que siempre estaba amenazada. De hecho, se rumoreaba que estaba esperando a que su contrato espirase para marcharse él también de Marvel, tal y como demostraban algunas afirmaciones hechas en público, como las que reproducimos a continuación:
El mercado del cómic es el peor mercado que existe sobre la faz de la Tierra para el talento creativo, y las razones son innumerables y abundantes.
Muchas personas con talento me han preguntado cómo puedes entrar en el negocio del cómic. Si tienen talento suficiente, lo primero que les digo es “¿Por qué ibas a querer entrar en el negocio del cómic?”. Porque, aunque tengas éxito, aunque llegues a lo que podría considerarse el pináculo del éxito en el cómic, tendrás menos éxito, menos seguridad y serás menos efectivo que si fueras solo un profesional medio de la televisión, la radio, el cine o cualquier otra cosa. Es un negocio en el que el creador… no es dueño de nada de su creación. El editor es el dueño de todo…
¿No es patético estar en un negocio en el que lo mejor que puedes decirle a una persona es que está haciendo el aprendizaje para entrar en un campo mejor? ¿Por qué no ir al otro campo directamente?
Al dibujante que tenga una idea, le diría que se lo piense dos veces antes de dársela a un editor.
Dado que Stan Lee había consolidado una amistad con el director de cine Alain Resnais, decidió probar suerte en dicho campo. No obstante, al principio le costó un poco decir adiós a algunos de los personajes que había ayudado a crear, pero finalmente cedió las riendas de la colección The Amazing Spider-Man a Roy Thomas, mientras que Fantastic Four pasó a estar a cargo de Archie Goodwin y Captain America se convirtió en el nuevo trabajo de Gary Friedrich. Lo más sorprendente de todo es que un personaje de la categoría de Thor acabase cayendo en las manos de Gerry Conway, que era un adolescente en aquella época.
Mientras que Stan Lee estuvo fuera de Marvel, Martin Goodman trató de derrotar a DC de una vez por todas. Ambas editoriales habían acordado, en 1962, subir el precio de los cómics de 10 a 12 centavos, que pasaron a ser 15 en 1969, mientras que las revistas debían aumentar de 36 a 52 páginas, por 25 centavos el ejemplar. Sin embargo, Martin Goodman recortó el número de hojas para bajar el precio a 20 y ofreció una mayor participación de los beneficio a los propietarios de los kioskos. Aunque aquello supuso un duro revés para DC, la empresa se encontraba ya lo bastante consolidada como para superar maniobras de ese calibre.
Por su parte, Stan Lee y Alan Resnais llevaron a buen término el guion de la película El hacedor de los monstruos, que fue comprado por la nada desdeñable cantidad de 25000 dólares, aunque nunca se llegó a rodar, lo que significó el regreso a la editorial de cómics para Stan Lee, que se llevó una sorpresa al comprobar que se hallaba en la cima y era portada de la revista Rolling Stone gracias a una ilustración de Hulk.
Cabe preguntarse qué habría pasado si la película El hacedor de los monstruos hubiera llegado a rodarse y conseguido convertirse un éxito tan grande como para que Stan Lee y Alan Resnais hubiesen colaborado en una secuela u otros proyectos cinematográficos. Aunque eso no cambiaría el hecho de que personajes como Los Cuatro Fantásticos o Spiderman habían sido creados por Stan Lee, quizás él no sería tan reconocido como la gran figura de Marvel que todos recordamos hoy en día.