martes, abril 23, 2024

Ensalada de puntos – De la huerta a la tabla de puntuación

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Panini

Hoy traemos un análisis fresquito, fresquito: Ensalada de puntos, un juego de cartas sencillo, rápido y adictivo

Cuando miro mi ludoteca no puedo evitar una sensación de orgullo al ver tantos años de compras compulsivas que finalmente se han ido destilando en una cuidada selección de los mejores títulos (a mi entender) de cada género. Sin embargo, cuando me siento a la mesa con los amigos y me presentan delante un juego como Ensalada de puntos, la cura de humildad que recibo es fuerte y sonora, puesto que no dejo de olvidar que entre tanto juego gigante con multitud de expansiones que ocupa media estantería, también son necesarios divertimentos como el que nos ofrece la nueva propuesta de Devir.

Ensalada de puntos

De manera que si tienes un rato, por favor, coge tu cesta de la compra y acompáñame. Te aseguro que los ingredientes que ofrece Ensalada de puntos son de los más frescos y sabrosos que se pueden encontrar en el mercado ahora mismo. Quizás hayas oído por los pasillos del supermercado que es el mundo de los juegos de mesa, la palabra “filler“. O quizás eres un comsumado gourmet que controlas los géneros lúdicos a la perfección. Si eres de los primeros y para ti un “filler” es una especie de seta o una marca de congelados, permiteme que desarrolle.

Los “fillers” son un tipo de juegos que se caracterizan por su rapidez y sencillez de reglas. Son juegos que suelen usarse para oxigenar y ofrecer partidas rápidas entre títulos más complejos y largos. O también son ideales para una sesión de juego variada donde se combinan varios de ellos.

Sea como fuere los “fillers” se explican en pocos minutos, se preparan en menos tiempo todavía, no duran mucho más de media hora y pueden ser disfrutados incluso por aquellos que se acaben de iniciar en el hobby y todavía no sepa que las cartas se enfundan (porque si, amigos, las cartas de los juegos se enfundan que si no acaban oliendo a Cheetos). Y lo mejor de todo, es que suelen ser económicos y ocupan poco espacio.

Ensalada de puntos

Y es por esto que nosotros, oh, grandes expertos del mundillo lúdico, solemos pasar por alto este tipo de juegos (lo sé, me estoy proyectando en el lector, pero oye no haber empezado a leer) en favor de propuestas más llamativas. Y a veces olvidamos que los juegos pequeños pueden ser sencillos y aún así no estar carentes de complejidad. Es el caso de esta Ensalada de puntos. La preciosa lata metálica en la que viene el juego contiene 108 cartas y un reglamento de lo más escueto. Pero la cantidad de horas de diversión que ofrece gracias a una rejugabilidad casi ilimitada no cabrían por mucho que las apretásemos.

Pero llevamos ya cuatro párrafos y todavía no hemos explicado cómo se juega a Ensalada de puntos y qué es lo que hace sus mecánicas tan atractivas. Cada una de las 108 cartas antes mencionadas tiene un anverso y un reverso. En el anverso podemos encontrar una hortaliza (pepino, tomate, cebolla, zanahoria, col, etc.). En el reverso, encontramos una forma de puntuar (por ejemplo, cada pimiento nos da 2 puntos y cada cebolla nos resta 1, o por cada grupo de tomate + zanahoria + lechuga = 7 puntos, o el que tenga menos cebollas se lleva 10 puntos) y además, en la esquinita impresa, podemos ver también el vegetal que nos aguarda en el otro lado de la carta.

Ensalada de puntos

De esta forma cada vez que robamos una carta, podemos estar haciéndonos con diferentes formas de puntuar o con los ingredientes necesarios para completar la “receta” que nos da los puntos. La clave está en como gestionamos todo esto. En todo momento podemos ver un mercado común de 6 verduras y 3 reversos (es decir, 6 ingredientes y 3 formas de puntuar). Y en nuestro turno podremos robar o bien dos verduras cualesquiera o 1 carta de puntuación. Pero hay que tener en cuenta que cada vez que se robe carta, hay que reponer el mercado por lo que tanto las hortalizas como las puntuaciones varían constantemente.

Si sumamos una pequeña regla que hace que 1 vez por turno, podemos darle la vuelta a una carta de puntuación y convertirla en hortaliza (para compensar posibles malas jugadas previas) nos encontramos con un juego rapidísimo pero con una “chicha” tremenda, ya que la cantidad de formas de puntuar es tan enorme (108 formas) que en todo momento tendremos que estar sopesando opciones y gestionando nuestros recursos para optimizarlos al máximo. Ensalada de puntos cumple esa máxima de “sencillo de aprender, difícil de dominar”. Aunque es cierto que en esta ocasión no nos encontramos ante un quema cerebros.

Ensalada de puntos

Si le sumamos un arte resultón (a ver, que son verduras, no hay mucho más). Una presentación muy agradable con su caja metálica. Un tema innecesario pero bien elegido (se denomina “ensalada de puntos” a la ronda final de los juegos en las que podemos obtener puntos de diversas maneras además habitualmente de formas un poco inconexas). Y sobre todo, un atractivo precio de 14 euros. Nos encontramos ante una recomendación a tener en cuenta para rellenar los huecos de nuestra ludoteca.

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