La conocida cadena Yelmo cines enfrenta una denuncia de Facua por restringir el acceso con comida y bebida no adquirida en sus instalaciones
La reconocida cadena de cines, Yelmo Films SLU, segunda en importancia en España con más de 500 salas repartidas en 23 provincias, se encuentra en medio de una controversia. La asociación Facua-Consumidores en Acción ha presentado una denuncia en los juzgados de primera instancia de Madrid, argumentando que la empresa está limitando los derechos de los consumidores con una “cláusula abusiva”.
Uno de los puntos más controvertidos es el alto precio de los productos que Yelmo ofrece en sus establecimientos internos. Según Facua, algunos de estos productos pueden llegar a costar hasta 13 veces más que en otros lugares, lo que consideran una práctica desmedida.
La asociación sostiene que Yelmo está utilizando un “supuesto” derecho de admisión para justificar esta prohibición, algo que, según ellos, va en contra de la legislación vigente. Añaden que, a pesar de las denuncias presentadas en años anteriores, las administraciones locales y autonómicas han mostrado una actitud pasiva ante esta situación.
Una cláusula en debate
Facua argumenta que la actividad principal de un cine no es la venta de comida y bebida, sino la exhibición cinematográfica. Por lo tanto, consideran que no deberían tratar a los cines como si fueran restaurantes, donde sí podría tener sentido restringir el acceso con alimentos externos.
Además, la asociación hace referencia a la Ley autonómica 17/1997, de 4 de julio, de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de Madrid. Esta ley establece que el derecho de admisión debe usarse para evitar el acceso de personas que puedan causar disturbios o molestias, y no para limitar la entrada de alimentos.
En palabras de Facua, el uso que Yelmo está haciendo del derecho de admisión “está expresamente diseñado para proteger a los consumidores y no para el uso indiscriminado e interesado de las empresas”.
Por último, la asociación también menciona el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, que defiende los derechos de los consumidores. Según este decreto, la práctica de Yelmo Cines de obligar a los consumidores a comprar productos en sus establecimientos podría considerarse “abusiva”.
¿Qué dicen los consumidores?
La noticia ha generado un revuelo considerable en las redes sociales y foros de discusión. Muchos usuarios han compartido sus experiencias personales al visitar salas de Yelmo Cines, destacando la sorpresa y descontento al ser informados de la prohibición de ingresar con alimentos y bebidas adquiridos fuera del cine.
Algunos argumentan que, dada la situación económica actual, optan por llevar sus propios snacks para disfrutar de la película sin gastar de más. Otros, en cambio, señalan que, si bien entienden la necesidad de las empresas de generar ingresos, consideran que los precios dentro de las salas son excesivamente altos en comparación con otros establecimientos.
Por otro lado, hay quienes defienden la postura de la cadena de cines, argumentando que, al igual que en otros lugares de entretenimiento, es razonable que se establezcan ciertas normas para garantizar la limpieza y el orden dentro de las salas.
El incremento en el precio de las entradas
En los últimos años, los aficionados al cine han notado un incremento en el precio de las entradas en muchas salas a nivel nacional, incluyendo Yelmo Cines. Esta subida ha sido justificada por las cadenas cinematográficas debido a las mejoras tecnológicas, como sistemas de sonido avanzados y proyecciones en 3D o 4D, y la renovación de las instalaciones para ofrecer una experiencia más cómoda y envolvente al espectador.
Sin embargo, muchos consumidores argumentan que, a pesar de estas mejoras, el costo de una salida al cine se ha vuelto prohibitivo para muchas familias, especialmente si se suma el precio de las golosinas y bebidas dentro del establecimiento. Esta situación ha llevado a que una parte del público opte por otras formas de entretenimiento o por esperar a que las películas estén disponibles en plataformas de streaming.
¿Qué sigue ahora?
El proceso legal está en marcha y, aunque todavía es pronto para prever el desenlace, lo cierto es que esta denuncia ha abierto un debate sobre los derechos de los consumidores y las prácticas comerciales en el sector del entretenimiento. La comunidad espera con interés la resolución del caso, que podría sentar un precedente importante para otros cines y establecimientos similares en el país.