Dos directores que trabajaron en Marvel Studios empezaron un proyecto en los 90 sobre Hulk con un actor increíble, pero nunca llegó a buen puerto
El cine de los 90 nos regaló joyas inolvidables, pero entre las sombras de lo que pudo haber sido, resurge la historia de un proyecto ambicioso: una película de Hulk. Imaginen una combinación explosiva de animatrónica y CGI al estilo de ‘Jumanji’ y ‘Jurassic Park’, con Johnny Depp inicialmente en el papel de Bruce Banner. Este proyecto, que prometía revolucionar el género de superhéroes, nunca vio la luz del día. Hoy, desentrañamos el misterio de este filme perdido.
Hulk: Más que músculos y rabia
Corría el año 1997, y la industria del cine bullía con ideas innovadoras. Entre ellas, la de llevar al gigante esmeralda a la gran pantalla, prevista para estrenarse en 1999. Johnny Depp, un ícono de la época, estaba contemplado para interpretar a Bruce Banner, aunque finalmente Billy Crudup se asoció brevemente al rol antes de que el proyecto se desvaneciera en el limbo del cine.
Los millones invertidos en la preproducción y las promesas de una adaptación fiel al cómic, hicieron de este proyecto un tema de conversación constante. Sin embargo, tras varias idas y venidas, la película quedó en el olvido. ¿Pero qué fue lo que realmente pasó?
El guion de Hensleigh transformaba radicalmente a Hulk. No solo lo convertía en un alter ego parlante de Bruce Banner, sino que también presentaba secuencias de acción y visuales sorprendentes. En este guion, Hulk no era solo un monstruo furioso, sino un personaje con profundidad y capacidad de diálogo, algo inusual para la representación del personaje en aquel momento.
Un guión que desafía expectativas
La película iba a abrir con una escena impactante: un condenado a muerte salvado en el último momento para un experimento de alteración genética. Banner y su equipo buscaban crear seres capaces de sobrevivir en Marte, una premisa que rompía con los orígenes tradicionales del personaje en los cómics.
El proyecto, financiado por un magnate sin escrúpulos interesado en los recursos de Marte, y supervisado por un agente gubernamental enigmático, prometía una trama llena de intriga y acción. Sin embargo, tras un accidente con radiación gamma, Banner y los convictos experimentados se transforman, desencadenando una serie de eventos impredecibles.
El guion proponía un Hulk enfrentando a los convictos convertidos en monstruosidades insectoides, mientras trataba de salvar al hijo de una compañera de trabajo. Estas secuencias de acción eran intercaladas con momentos de humor y tensión, ofreciendo una mezcla única para la época.
¿Por qué no se materializó?
A pesar de la innovación y el potencial del proyecto, el Hulk de los 90 se quedó en el tintero. Los cambios constantes en el elenco, junto con las dudas sobre la viabilidad de mezclar animatrónica y CGI de manera efectiva, llevaron a la cancelación del proyecto. Podría haber sido un bombazo en el cine de superhéroes, pero quedó como un sueño incumplido. Sin embargo, su legado persiste, recordándonos lo efímero del mundo del cine y las gemas ocultas que a veces quedan en el camino.
Este Hulk de los 90, con su visión audaz y su elenco estelar, ¿habría sido un clásico perdido o un experimento fallido? La respuesta queda en el reino de lo que pudo haber sido, un sueño cinematográfico que aún despierta curiosidad y especulación entre los fans.
Más héroe que monstruo: La batalla de Hulk contra las Bestias
Piénsalo: Bruce Banner, el afable científico, convertido en un Hulk parlante mientras conduce un Lexus. Una imagen tan absurda como memorable. Este Hulk, ni el ingenuo de los cómics de la Era de Bronce ni la bestia muda de la serie televisiva de los 70, habla en frases cortas y parece alineado con las intenciones de Bruce.
Curiosamente, se describe su color entre gris y verde, un guiño a sus raíces en los cómics y su apodo de “Ol’ Jade Jaws”. La transformación de Bruce en Hulk, durante una persecución en Lexus, se convirtió en objeto de burla en los primeros días de internet. ¿Qué tiene de gracioso? Hulk continúa conduciendo el coche, ajustándose apenas en el pequeño vehículo, hasta enfrentarse a un tren en movimiento.
A pesar de los errores en la transcripción del guion, Bruce se niega a tomar la cura de mutación, prefiriendo usarla en su enemigo, Deacon. El Hulk de Hensleigh es, sin duda, un héroe. En la lucha final, Hulk crece hasta los doce pies de altura, luchando contra Deacon, un monstruo semejante a un escarabajo, en el sitio del lanzamiento de un cohete. La transformación final de Hulk en Bruce, salvándolo de quedar atrapado bajo escombros, es un momento culminante. La película termina con escenas post-créditos que incluyen una entrevista humorística sobre extraterrestres.
El problema con los personajes, la trama y el equipo
A pesar de las libertades tomadas con el origen del Hulk, la película de Hensleigh plantea interrogantes. ¿Por qué prescindir de personajes clásicos como Betty Ross o Thunderbolt Ross? Además, la lógica detrás de la creación de superhumanos para colonizar Marte es cuestionable. Lo más preocupante es la falta de desarrollo en los personajes, incluido Bruce, cuyas motivaciones heroicas parecen poco exploradas. La película pierde la esencia del conflicto interno que define al personaje.
La versión de Hensleigh fue finalmente descartada, dando paso a Ang Lee para tomar las riendas del proyecto en 2003. La película de Lee, aunque abordó los temas centrales, fue recibida con críticas mixtas. Mientras tanto, Johnston y Hensleigh continuaron su camino en el universo Marvel con otros proyectos. La pregunta sigue en el aire: ¿hubiera sido mejor la visión de Hensleigh? Quizás nunca lo sepamos, pero la idea de un Hulk animatrónico luchando contra monstruos insectoides seguramente habría sido un espectáculo digno de ver.
