Análisis de la película El Cuervo: Salvación.
En 1981, el estadounidense James O’Barr concibió la idea de crear al personaje de cómic conocido como El Cuervo, con la intención de utilizarlo como una válvula de escape para enfrentarse a la idea de que su novia había muerto por culpa de un conductor ebrio. Finalmente, en 1989, Caliber Comics hizo que el personaje viera la luz en su propia cabecera y se convirtiera en el pistoletazo de salida para diversas series derivadas.
No obstante, al igual que muchos otros personajes de historieta, El Cuervo estaba destinado a volar más allá de las páginas del cómic, motivo por el que, en 1994, vio la luz una película homónima, cuyo óptimo rendimiento dio el pie para tres secuelas, además de una serie de televisión, como explicamos con más detalle en su momento, aunque ninguno de esos proyectos logró estar a la altura del filme original.
En esta ocasión, precisamente, aprovechando que la franquicia acaba de ser reiniciada en los cines, vamos a dedicarnos a analizar la segunda de estas secuelas, titulada El Cuervo: Salvación (2000), tal y como se puede comprobar si se continua leyendo este artículo hasta el final.
Con Bharat Nalluri sentado en la silla del director, El Cuervo: Salvación, que cuenta con 102 minutos de duración, está protagonizada por Eric Mabius (como Alex Corvis) y Kirsten Dunst (en el papel de Erin Randall).
Junto a ellos destacan Fred Ward (que interpreta John), Jodi Lyn O’Keefe (que encarna a Lauren Randall), William Atherton (que se mete en la piel de Nathan Randall), K. C. Clyde (que hace de Brad), Bruce McCarthy (que se convierte en Madden), Debbie Fan (que se transforma en Barbara Chen), Dale Midkiff (como Vincent Elrich), David Stevens (en el papel de Tommy Leonard), Grant Shaud (que interpreta Peter Walsh), Bill Mondy (que encarna a Phillip Dutton), Walton Goggins (que se mete en la piel de Stan Roberts), Britt Leary (que hace de Stacey), Tim DeKay (que se convierte en Martin Toomey) y Kelly Haren (que se transforma en una secretaria).
Según se nos cuenta en la sinopsis de El Cuervo: Salvación, Alex Corvis, a pesar de declarar que es inocente, es condenado a morir en la silla eléctrica por el asesinato de Lauren Randall, su novia, con un total de cincuenta y tres puñaladas. Tras regresar a la vida, por mediación de un cuervo místico, el único deseo de Alex Corvis es que los verdaderos responsables de la muerte de su amada reciban su merecido.
El Cuervo: Salvación termina con esta frase pronunciada por Erin Randall, la hermana de la chica asesinada:
En ese instante, cuando Alex se fue, tomé una gran decisión: vivir la vida intensamente. Ahora pienso en ellos con la esperanza de que, a veces, piensen en mí.
Siendo honestos, hay que reconocer que Eric Mabius se defiende bien en su papel, tanto antes como después de su supuesta muerte, aunque, por supuesto, no se trata de Brandon Lee. No obstante, debemos tener en cuenta el hecho de que tampoco pretenda serlo, ya que Eric Draven y Alex Corvis son dos personajes completamente diferentes, cuyo único aspecto en común es haber sido resucitados por un cuervo místico.
Si has prestado atención al primer párrafo del reparto de El Cuervo: Salvación te habrás dado cuenta de que, junto a la interpretación de Eric Mabius destaca la de Kirsten Dunst, que nos resultó escalofriante a todos con su actuación de la pequeña Claudia en el largometraje Entrevista con el vampiro (1994), pero a la que aún le faltaban dos años para ser conocida como Mary Jane Watson, gracias a la película Spider-Man.
El peor inconveniente que se le puede achacar a El Cuervo: Salvación es que se trata de una repetición de esquemas de lo que ya hemos visto en las películas anteriores de la franquicia, salvo por el hecho de que el protagonista, en este caso, en lugar de ser asesinado por unos delincuentes es ajusticiado en la silla eléctrica, como ya hemos dejado claro en párrafos anteriores.
Debido a que el estreno en cines de la entrega anterior, cuyo titulo era El Cuervo: Ciudad de Ángeles (1986), resultó un fracaso en taquilla, esta película fue lanzada directamente para el mercado doméstico, aunque eso no significase el último clavo en el ataúd de la franquicia, ya que, en 2005, la saga finalizó con El Cuervo: Juego Malvado, que apenas pasó por una semana por una gran pantalla seleccionada antes de salir en formato digital.
Pese a no tratarse de una gran película, si te gustan las tramas en las que los protagonistas regresan de la tumba para hacer justicia, puedes darle una oportunidad a El Cuervo: Salvación, película que, sin lugar a dudas, presenta una estructura bastante más coherente que la del mencionado reinicio de la franquicia.