El tráiler ha despertado teorías locas y una pregunta clave: ¿vuelve el universo compartido entre depredadores y xenomorfos?
Cuando Predator: Badlands soltó su primer tráiler, muchos fans se limitaron a emocionarse con las clásicas escenas de caza, tensión y acción. Pero otros, con el ojo entrenado en los guiños más jugosos del cine sci-fi, captaron algo más grande. Un pequeño detalle, apenas un parpadeo, que podría reabrir las puertas al cruce definitivo entre los universos de Alien y Predator.
¿Se viene un nuevo Alien vs. Predator?
Entre los muchos trofeos que aparecen al inicio del tráiler —uno de los momentos más cargados de información visual— destaca una calavera alargada y afilada que ha hecho saltar las alarmas: ¿es posible que sea el cráneo de un Harvester, criatura que recordamos de Independence Day? Aunque eso ya sería una locura en sí, lo verdaderamente intrigante viene después.
En esa misma pared de trofeos, también aparece una calavera humana con la columna vertebral aún unida, un cráneo de T-Rex, otro de Predator y varios de primates conocidos. Un auténtico museo de cacerías imposibles, donde cada detalle parece dejar pistas de una conexión interdimensional más amplia.
Pero lo que ha explotado en redes es la aparición de Thia, interpretada por Elle Fanning. Su personaje es una sintética, lo cual ya genera conexión con el lore de Alien, pero lo bestia es que… lleva el logotipo de la Corporación Weyland-Yutani en los ojos. Sí, esa misma megacorporación siniestra que ha sido el hilo conductor en las películas de xenomorfos desde Alien (1979) hasta Prometheus y más allá.
Además, el comportamiento de sus ojos, que se “apagan” de manera similar al del personaje Andy en Alien: Romulus, ha sido otra pista que no ha pasado desapercibida para los más frikis del lugar.
¿Guiños para los fans o un verdadero universo compartido?
Vale, calma. No es la primera vez que se lanzan pistas así. Ya en Alien vs. Predator (2004) y su secuela Requiem, se estableció un universo compartido. Pero tras el reinicio suave que está viviendo cada franquicia por su lado, la duda vuelve: ¿son estos solo huevos de pascua para jugar con la nostalgia o hay un plan más grande detrás?
La respuesta, por ahora, es incierta. Desde el estudio no se ha confirmado ninguna conexión directa más allá de lo visto en el tráiler. Pero que Thia lleve el logotipo de Weyland-Yutani, en un proyecto dirigido por Dan Trachtenberg (Prey), que ya demostró saber reinventar la franquicia con respeto y ambición, es como mínimo… sospechoso.
¿Qué sabemos de Predator: Badlands hasta ahora?
Esta nueva entrega, que se convierte en la séptima película del universo Predator, llegará a los cines el 7 de noviembre de 2025. La historia presenta una dinámica diferente: una alianza entre un Depredador y un aliado inesperado, embarcados en la búsqueda de un enemigo común. La premisa recuerda más a una buddy movie postapocalíptica que a una simple película de cacería.
Dan Trachtenberg vuelve a dirigir tras el exitazo que fue Prey (2022), lo que ya es una garantía de que esta peli vendrá con estilo propio, sin dejar de lado los elementos clásicos: tecnología alienígena, supervivencia, acción brutal y esa estética entre salvaje y high-tech que tanto nos flipa.
La incorporación de Elle Fanning como una androide añade una capa de complejidad al relato, y su vínculo con la corporación Weyland-Yutani abre la puerta a una narrativa que podría extenderse hacia futuras entregas conectadas con Alien.
Lo que podría venir
Si esta conexión es real —y no solo una maniobra de márketing para despistar— podríamos estar ante el resurgir de un universo cinematográfico compartido entre dos de las franquicias más queridas del cine de ciencia ficción. Un nuevo crossover Alien vs. Predator, pero actualizado, con estética cuidada, lore bien trabajado y personajes que no estén solo para el body count.
Imagina una peli donde xenomorfos, predators, humanos y synthetics comparten pantalla, con conflictos cruzados y alianzas temporales. No una simple excusa para la acción, sino una expansión real del universo compartido, como soñamos desde hace décadas.
Por ahora, toca esperar. Pero si la historia nos ha enseñado algo, es que en este tipo de películas… las pistas nunca son inocentes.