El director de Havoc quiso hacer una peli de Deathstroke… y suena brutal
El creador de una de las cintas más cañeras de Netflix estuvo a punto de revolucionar el DCEU con una peli centrada en Deathstroke.
Puede que ahora Gareth Edwards esté en boca de todos por Havoc, el thriller salvaje protagonizado por Tom Hardy que arrasa en Netflix, pero lo que muchos no saben es que este director tuvo en sus manos un proyecto que podría haber cambiado para siempre el destino del antiguo universo de DC. ¿Te imaginas una película de Deathstroke estilo John Wick con el tono oscuro de un noir coreano? Pues eso era justo lo que Edwards tenía en mente para el letal Slade Wilson.
Antes de que todo se viniera abajo con el caótico rumbo del DCEU, Joe Manganiello estaba listo para enfundarse el traje del mercenario más temido de DC en solitario, y Edwards había firmado para dirigir lo que prometía ser una historia de origen más cruda y realista que todo lo que habíamos visto hasta entonces en ese universo compartido.
Deathstroke, el asesino perfecto que merecía su película
Según ha contado el propio Gareth Edwards, su idea para Deathstroke estaba más cerca de The Raid o del Oldboy original que de cualquier cinta de superhéroes tradicional. Nada de explosiones espaciales o portales interdimensionales: aquí se trataba de un thriller sucio, directo y personal, centrado en la tragedia de un hombre convertido en máquina de matar.
El guion incluía momentos tan intensos como la escena en la que pierde el ojo, y pretendía contar todo con una duración ajustada, sin llegar a las dos horas. De hecho, el propio director confesó que no era especialmente fan de los cómics antes del proyecto, pero investigó a fondo para dar con el tono perfecto, uno que combinara “brutalidad y tragedia shakesperiana”.
Mientras Marvel apostaba por el espectáculo multiversal con Endgame, este Deathstroke iba a contracorriente, con una narrativa de venganza pura, donde las coreografías de combate iban a ser el alma de la película. ¿Te imaginas algo al estilo de los primeros John Wick, pero con el entrenamiento letal de Slade Wilson como motor? Eso es justo lo que nos perdimos.
Una oportunidad perdida que aún podría volver
El plan se truncó cuando Ben Affleck abandonó su película de Batman, donde Deathstroke iba a ser el gran villano (algo similar a lo que vimos en Arkham Origins). Y claro, si desaparece Batman, también se cae la pieza que sostenía al personaje de Manganiello. Con la llegada de The Batman de Matt Reeves, el proyecto quedó en el limbo.
Sin embargo, con el fin oficial del DCEU tras Aquaman y el Reino Perdido y la llegada del nuevo universo dirigido por James Gunn, hay quienes piensan que es el momento perfecto para recuperar aquella idea. Total, la peli nunca se rodó y su historia no estaba ligada a ningún otro personaje del viejo universo. Así que, ¿por qué no adaptarla al nuevo DCU?
Gunn ya ha confirmado que The Brave and the Bold incluirá a Damian Wayne como Robin, lo que implica que Dick Grayson ya es Nightwing. Y eso abre la puerta de par en par a Slade Wilson, gran enemigo tanto de los Titanes como de Batman. Sería ideal para introducirlo con una película propia, incluso antes de juntarlo con otros héroes.
Una nueva versión, un nuevo actor… ¿pero el mismo director?
Es probable que Joe Manganiello no vuelva a ponerse en la piel del personaje (Gunn ha dejado claro que quiere caras nuevas), pero el guion podría seguir funcionando con otro actor. Y lo más importante: Gareth Edwards podría volver a liderar el proyecto, aportando esa misma visión intensa y centrada que prometía su versión original.
De hecho, algunos fans fantasean con una película doble: una para Deathstroke y otra para Nightwing, que culminen en un enfrentamiento entre ambos. Sería la forma perfecta de desarrollar personajes individuales y luego enfrentarlos en un duelo lleno de historia y drama, al estilo del mejor anime o cine de acción clásico.
Y viendo el éxito de propuestas como Joker o incluso la Venom original de Sony, no sería descabellado pensar en un Deathstroke con clasificación R. Uno que no necesite grandes efectos especiales ni conectarlo todo, solo una historia sólida, violenta y bien contada.