El final de temporada deja a Gotham temblando y allana el camino para la secuela de Matt Reeves
Cuando creíamos que El Pingüino era solo un spinoff más dentro del universo oscuro de Gotham, la serie ha demostrado ser una pieza clave para lo que está por venir. Con una primera temporada que cerró con fuerza, una ambientación asfixiante y actuaciones brillantes como la de Colin Farrell y Cristin Milioti, el showrunner Lauren LeFranc ha dejado claro que esto no ha hecho más que empezar.
El episodio final, A Great of Little Thing, nos deja con un Oz Cobb más despiadado y perturbador que nunca. La muerte de Vic a manos de su propio jefe, disfrazada como un asesinato, marca un punto de no retorno. Pero lo más inquietante no es la sangre: es la transformación psicológica de Oz, que baila con Eve vestida como su madre mientras le pide que le diga que está orgullosa de él. Un momento grotesco que revela que el nuevo rey del crimen de Gotham está completamente roto por dentro.
El Pingüino y su conexión con The Batman 2
Lo que parecía una historia cerrada, según LeFranc, podría tener una segunda parte… si hay algo nuevo que contar. La creadora insiste en que no se trata de alargar por alargar: solo regresarían si encuentran una historia más rica que la ya contada. Mientras tanto, la serie ha cumplido una función estratégica: pasar el testigo a The Batman 2 de forma elegante, según palabras de la propia LeFranc.
La ausencia de Batman en pantalla no ha sido un error, sino una decisión calculada. LeFranc y Matt Reeves debatieron si incluirlo o no, y concluyeron que su presencia eclipsaría al resto. Pero su sombra planea en todo momento, y cuando al final la Batseñal ilumina el cielo, sabemos que el Caballero Oscuro ya ha puesto los ojos en Oz. Es su forma de decirnos que Gotham no volverá a ser la misma.
Más allá de Oz, hay detalles jugosos que podrían sembrar futuras tramas. Sofía, encerrada de nuevo en Arkham, recibe una carta de su media hermana: nada menos que Selina Kyle, interpretada por Zoë Kravitz en The Batman. Este guiño no es casualidad. Podría tratarse de una puerta entreabierta para el regreso de Catwoman o incluso para un nuevo spinoff protagonizado por ella. Por ahora, solo es una promesa. Pero en Gotham, las promesas suelen explotar.
Por si fuera poco, el regreso del Dr. Rush, interpretado por Theo Rossi, añade un nuevo factor inquietante. El personaje podría convertirse en el nexo entre lo que ocurre dentro del hospital psiquiátrico y las calles de Gotham, algo que LeFranc ha dejado caer como posibilidad para futuras historias dentro del universo criminal que Reeves está construyendo.
Mientras HBO y DC Studios valoran nuevas propuestas, LeFranc confirma que hay ideas en marcha para otros proyectos derivados. Aunque no hay nada oficial, sí sabemos que este universo está pensado para expandirse más allá del murciélago. Y si El Pingüino es el modelo a seguir, no podemos esperar a ver lo que viene.
En el fondo, lo que hace que El Pingüino destaque no es solo su violencia o su estética. Es el retrato de una mente rota que busca poder, afecto y validación en un entorno que solo le ofrece traición y caos. La evolución de Oz es más que una historia de crimen: es una tragedia shakesperiana con capa y cicatrices.
Colin Farrell ha convertido al Pingüino en un personaje complejo, grotesco y carismático, muy alejado de la caricatura que muchos recordábamos. Si The Batman nos mostró la oscuridad de la ciudad, El Pingüino nos lleva directamente a sus entrañas, donde la sangre y la ambición corren sin freno. Y a juzgar por el final, Gotham solo ha empezado a arder.