El apocalipsis religioso ya ha llegado a The Last of Us, y Ellie está en medio del fuego cruzado
En un mundo donde los infectados ya no son el mayor problema, la segunda temporada de The Last of Us nos lanza de cabeza a una guerra aún más aterradora: una lucha ideológica y sangrienta entre dos facciones con formas opuestas de imponer su orden en el caos. Olvida por un momento el enfrentamiento entre Ellie y Abby. La verdadera amenaza que se avecina viene con cicatrices, túnicas y silbidos escalofriantes: los Serafitas han llegado a la serie de HBO.
Presentados con sigilo en el tercer episodio, los Serafitas —también conocidos como Scars por sus enemigos— no tardan en dejar claro que son mucho más que una nota al pie. Lo que empieza como un grupo extraño con rostros marcados y una presencia fugaz, se transforma en una fuerza tan peligrosa como los infectados. Pero, ¿quiénes son exactamente estos nuevos fanáticos del fin del mundo?
¿Quiénes son los Serafitas en The Last of Us?
Los Serafitas son una secta religiosa nacida tras el colapso de la sociedad moderna, inspirada en las palabras de una Profeta sin nombre, ya fallecida. Lo suyo es una mezcla de espiritualidad extrema y una visión postapocalíptica basada en el rechazo total a la tecnología y el individualismo. Se comunican mediante silbidos, se visten con ropas simples y se han construido un mundo propio al margen de cualquier autoridad.
Al principio, vivían en los suburbios de Seattle, sin molestar a nadie más que a los que no seguían su fe. Pero con la caída de FEDRA y el ascenso de otro grupo armado —los W.L.F. o Lobos—, los conflictos territoriales y la necesidad de recursos encendieron la chispa de un conflicto civil de proporciones épicas. Porque sí, en este futuro devastado, la comida y las balas valen más que cualquier creencia o bandera.
El W.L.F., liderado por el implacable Isaac Dixon, se convirtió en una dictadura militar tras derrocar a FEDRA. Mientras tanto, los Serafitas crecieron en número, atrayendo a los ciudadanos con su discurso de purificación y unidad espiritual. Cuando ambos bandos quisieron lo mismo —control y supervivencia—, la guerra se volvió inevitable.
Ellie y Dina llegan a Seattle justo cuando esa tensión está a punto de estallar del todo. Lo que parecía una simple búsqueda de venganza pronto se convierte en una odisea donde ambas chicas quedan atrapadas entre dos bandos igual de peligrosos.
Más allá del fanatismo
Aunque podrían parecer “el típico culto apocalíptico” que tanto abunda en este tipo de historias, los Serafitas representan algo más profundo. Son el reflejo de cómo el ser humano busca sentido cuando todo se derrumba. Frente a la tiranía armada del W.L.F., ellos ofrecen una comunidad y una nueva fe… aunque sea a base de colgar cadáveres de árboles y exigir obediencia absoluta.
Pero lo más interesante es cómo este nuevo conflicto diluye el protagonismo de la vendetta entre Ellie y Abby. De pronto, sus diferencias personales parecen pequeñas frente al choque de civilizaciones que ocurre en Seattle. Porque ni los Lobos ni los Serafitas ofrecen un futuro esperanzador. Solo hay violencia, dogmas y muerte.
Y en medio de todo esto, Ellie representa algo distinto. Viene de Jackson, una comunidad abierta, democrática y solidaria, donde se intenta reconstruir el mundo sin caer en los errores del pasado. Es por eso que, en esta segunda temporada, su viaje cobra aún más fuerza: ella es la prueba viviente de que otra sociedad es posible, aunque parezca un espejismo en un mundo tan podrido.
Un espejo incómodo de nuestra realidad
Neil Druckmann, creador del videojuego original y co-showrunner de la serie, no ha ocultado que se inspiró en conflictos reales para dar forma a esta guerra: la tensión entre Israel y Palestina. La comparación, aunque controvertida, da pistas sobre la profundidad política de esta temporada. Aquí no se trata solo de infectados y supervivientes. Se trata de sistemas, ideologías y de cómo el poder corrompe incluso las mejores intenciones.
La llegada de los Serafitas no solo amplía el universo de The Last of Us, lo enriquece con una capa inquietante de fanatismo religioso y desesperación colectiva. Y mientras Ellie intenta navegar entre estos dos extremos, nosotros como espectadores nos quedamos con una pregunta incómoda: ¿cuál es el verdadero enemigo cuando el apocalipsis ya ha ocurrido?
Nuevos episodios de The Last of Us Temporada 2 se estrenan cada domingo en HBO y Max. Y si pensabas que nada podía superar la tragedia del primer juego, prepárate para una temporada donde la humanidad se desmorona más rápido que las ciudades que la vieron nacer.