Con Spider-Man: Brand New Day ya anunciado y programado para 2026, las dudas sobre si ese traje se mantendrá están al rojo vivo. Lo que está claro es que Marvel Studios y Sony tienen entre manos una oportunidad de oro para conectar aún más con la esencia del personaje… o desperdiciarla por completo.
Después de una trilogía donde Spider-Man dependía del respaldo tecnológico de Stark, este traje representa un “reinicio suave” del personaje, conectando directamente con la tradición del cómic original y su vida de barrio. Muchos fans esperan que ese sea el look principal en Brand New Day, especialmente por el mensaje que transmite: menos CGI, más calle, más corazón.
El traje final de No Way Home tiene todos los ingredientes para convertirse en el nuevo estándar del personaje: visualmente potente, fiel al material original, y coherente con su evolución. Eliminarlo de escena o sustituirlo demasiado pronto podría percibirse como una desconexión con los fans, que por fin vieron al Peter de siempre, sin IA ni drones, solo él, su telaraña y su ingenio.
En otras palabras: es hora de dejar que ese traje brille, que tenga sus propias escenas icónicas, su merchandising, su presencia en videojuegos y posters. Es hora de que los niños se disfracen con ese diseño y no con el Iron Spider o el traje dorado de No Way Home. Es hora de que Spider-Man vuelva a ser, visual y narrativamente, el mismo chaval de Queens que nos enamoró hace más de 60 años.