Cates iba a tomar el relevo del universo Ultimate tras los eventos de Ultimate Invasion, y se había planteado un ambicioso plan donde Peter Parker sería el eje de una nueva era. Su historia seguiría el legado del personaje The Maker, una versión retorcida de Reed Richards que Cates había manejado con maestría en Venom. Sin embargo, algo cambió de rumbo inesperadamente.
Lo que iba a ser una evolución natural del trabajo de Cates se transformó en una nueva etapa, liderada por Hickman, que reformuló toda la estrategia del relanzamiento.
“Ahora me dedico a plantar un árbol grande para que otros cuelguen ramas. Así funciona el Universo Ultimate. Cuando terminemos con esto del Imperio [refiriéndose a otro proyecto], vendrán tres o cuatro guionistas que podrán coger una colección ya en marcha, sin tener que arrancar desde cero. Ese es mi trabajo ahora, para que todo arranque con cierta velocidad desde el principio”, explicó Hickman.
Esa idea de “momentum” editorial es clave. En lugar de recontar orígenes por enésima vez, la estrategia es lanzar un nuevo universo que ya tenga historia, dinámica y potencial para que otros lo expandan desde el minuto uno.
Hickman, en cambio, ha optado por una reconstrucción más meticulosa, sentando bases más limpias para que otros autores puedan intervenir sin estar atados a lo anterior.
Esto plantea una pregunta interesante para los fans: ¿Cómo habría sido ese universo Ultimate bajo el control total de Cates? ¿Habríamos visto un Peter Parker más trágico, con ecos del simbionte y una red de héroes emergentes más oscura?