El legendario superespía Ethan Hunt, interpretado por Tom Cruise, vuelve en “Misión Imposible – Sentencia final”, una octava entrega que completa el asombroso recorrido argumental de una historia que dura ya 30 años.
Misión Imposible – Sentencia final: no pasan los años por Tom Cruise
“Esta nueva película es un logro gargantuesco,” dice Cruise. “Es la culminación de todo, y cuando digo todo, me refiero a todo, lo que Christopher McQuarrie, (que ha dirigido las cuatro últimas entregas) y yo hemos aprendido sobre narración a lo largo de la realización de estas películas. Sentencia final es una película muy elegante, con muchos niveles e increíblemente épica. Y si hemos podido conseguir lo que hemos conseguido ha sido, exclusivamente, por todo lo que hemos hecho en esta serie hasta ahora”.
En la anterior entrega, “Misión Imposible – Sentencia Mortal” (parte 1), teníamos un enemigo inédito hasta entonces para las 7 entregas de Misión Imposible: la Inteligencia Artificial. La película comenzó con un gran estreno en taquilla para desinflarse poco a poco, no consiguiendo los ingresos deseados. Seguramente ese relativo fracaso de taquilla se deba a los altos costes de producción. Y algo así puede cocurrir con esta segunda (¿Y última?) entrega.
“Tom y McQ siempre han sido muy explícitos sobre esta cuestión: Para que Misión: Imposible evolucione, es necesario sentirse constantemente en una curva ascendente. Cada vez tiene que ser más grande y emocionante”, dice Pegg, que vuelve por sexta vez a la saga. “Ese es siempre el mensaje: debemos superarnos a nosotros mismos. Esta vez sí que lo hemos hecho”.
Christopher McQuarrie y Tom Cruise vuelven a entregarnos una dosis de adrenalina pura con “Misión: Imposible – Sentencia Final”, una película que cumple con las expectativas de la saga, reafirmando el estatus de Ethan Hunt y de su principal intérprete como iconos cinematográficos. Con una duración de 2 horas y 49 minutos, la película es buen ejemplo de ritmo y tensión.
Y es que si sumamos ambas partes, tenemos más de cinco horas de metraje, por lo que la primera pregunta que nos viene a la mente es ¿realmente se necesitan casi 6 horas para contar esta historia?
Desde luego, los logros de “Sentencia Final” son múltiples y se ramifican en cada departamento. La dirección de Christopher McQuarrie es, una vez más, impecable. El cineasta, que también coescribe el guion con Erik Jendresen, orquesta secuencias de acción que desafían la gravedad y la lógica, pero que se sienten visceralmente reales gracias a la predilección de Cruise por las acrobacias prácticas.
Es en este aspecto donde la película brilla con luz propia. El trabajo de coordinación de escenas de acción y dirección de la segunda unidad es un verdadero prodigio, y gran parte de ese mérito recae en figuras como Wade Eastwood, un veterano de la industria cuya trayectoria es un testimonio de su habilidad para concebir y ejecutar algunas de las escenas más icónicas del cine de acción moderno. La acción en “Sentencia Final” no es solo un despliegue de pirotecnia; es una narrativa en sí misma, construida con una precisión milimétrica que mantiene al espectador al borde del asiento.
Pero, a la vez, éste es su mayor problema (y volvemos a la duración). Destacan dos escenas de acción en las que Ethan debe sortear varios peligros (una bajo el agua, la otra en el aire). Ambas están magníficamente rodadas e interpretadas, pero a pesar de mantener un pulso firme y un ritmo magistral, ambas son demasiado largas, llegando al punto de que casi rompen esa tensión dramática tan propia de Misión Imposible.
El elenco, un pilar fundamental de la saga, ofrece interpretaciones sólidas. Tom Cruise, por supuesto, sigue siendo el epicentro de todo, su entrega física y emocional es tan convincente como siempre. Pero es en la incorporación de Hayley Atwell donde la película encuentra una energía renovada, su química con Cruise es palpable y añade una capa adicional de intriga y dinamismo a la trama. El regreso de veteranos como Ving Rhames, Simon Pegg y Henry Czerny aporta la familiaridad y el humor necesarios para equilibrar la tensión, mientras que las adiciones de Esai Morales como el enigmático antagonista y Pom Klementieff con su presencia magnética, elevan el nivel del reparto.
En cuanto a lo visual, “Misión Imposible – Sentencia Final” es un deleite, y su estreno exclusivo en salas cinematográficas, incluyendo formatos como Dolby, 4DX, ScreenX, salas Premium de Gran Formato e IMAX, subraya la intención de sus creadores de ofrecer una experiencia inmersiva e inigualable. La cinematografía es estupenda, capturando tanto la magnitud de los escenarios globales como la intensidad de los combates cuerpo a cuerpo.
“Misión Imposible – Sentencia final” es un logro extraordinario. Una carta de amor a todo lo que ha precedido a este largometraje y un emotivo espectáculo que amplía los límites de lo que puede hacerse en una pantalla. Veremos si el público lo valora lo suficiente y tenemos una novena entrega.


