En el proceso creativo, Reynolds menciona la ayuda del compositor Rob Simonsen para equilibrar el uso de needle drops (esas canciones icónicas que suenan en momentos clave) con una banda sonora emocional. “Estoy intentando abrazar más el poder de la música de fondo, y Rob nos ayudó a conseguir ese efecto que buscábamos”, confesó.
Pero lo más impactante fue cuando Disney, propietaria de Marvel Studios, le cerró la puerta a esa idea. “Los estudios veían a Deadpool como un personaje clave para el futuro. Es como un truco que siempre funciona: dice lo que todos piensan y se sale con la suya. Te saca de muchos apuros”, reconoció Reynolds. Y aunque inicialmente se resistió, acabó agradeciendo que no le dejaran matarlo: “Me encanta interpretarlo”.
Y es que con Avengers: Doomsday previsto para el 18 de diciembre de 2026, seguido por Secret Wars apenas un año después, todo apunta a que Marvel quiere cerrar esta fase por todo lo alto, y nadie como Deadpool para romper la cuarta pared y rematar la jugada con un buen chiste.
Reynolds ha demostrado tener un control absoluto del personaje, llevándolo más allá del típico héroe de cómic. Y ahora, con su integración total en el UCM, puede dinamitar la continuidad, burlarse de los Vengadores y seguir ganándose al público a carcajada limpia.
Además, su presencia abre la puerta a futuras colaboraciones con personajes como Spider-Man, Daredevil o incluso los X-Men. La posibilidad de un Deadpool vs The Multiverse ya no suena tan loca, y viendo cómo está el panorama, Marvel puede hacer prácticamente lo que quiera.