El crossover entre las dos franquicias nos regaló un híbrido que no querrás volver a ver nunca
¿Qué pasaría si los dos enemigos más temibles del universo mutante y el cosmos trekkie unieran fuerzas? Eso es justo lo que ocurrió en el cómic Star Trek: The Next Generation/X-Men: Second Contact, donde los Centinelas de Marvel y los Borg de Star Trek se fusionaron en una pesadilla tecnológica difícil de olvidar.
Escrito por Dan Abnett e Ian Edginton, con arte de Cary Nord, este one-shot de 1998 llevó a la tripulación del Enterprise al universo 616 de Marvel, donde se encontraron con los X-Men y un multiverso colapsando por culpa de Kang el Conquistador. Pero lo que realmente dejó a los fans boquiabiertos fue la aparición de los Borg-Centinelas, una versión aún más siniestra del futuro apocalíptico de Days of Future Past.
Una mezcla infernal
Los Centinelas son una amenaza recurrente para los mutantes desde los años 60, creados por Bolivar Trask como una solución paranoica para controlar el “problema mutante”. A lo largo de las décadas, han evolucionado: desde gigantes metálicos hasta unidades orgánicas y nanoscópicas. Su presencia encarna el miedo a lo diferente y el poder militar deshumanizado y su popularidad ha ido aumentando según han ido pasando los años e incluso han conseguido aparecer en la pantalla grande.
Por su parte, los Borg representan el máximo terror cibernético en el universo de Star Trek. Desde su debut en Q Who?, pasando por The Best of Both Worlds o First Contact, estos seres buscan asimilar todo ser viviente, absorbiendo su biología y tecnología para aumentar su propia colmena.
Fusionar ambas especies en un único enemigo fue un acierto brillante, que sirvió como una metáfora de los extremos tecnológicos que pueden surgir del miedo, la supremacía o la búsqueda de eficiencia sin ética.
Second Contact dejó mucho a la imaginación de los fans
Aunque el cómic no dedica muchas páginas a detallar a los híbridos, el simple vistazo a estos monstruos fue suficiente para dejar huella. Eran del tamaño de Centinelas, con cabezas translúcidas que dejaban ver drones Borg dentro, aunque curiosamente no parecían interesados en la asimilación, lo que generó aún más preguntas.
Estos mashups aparecen en un escenario conocido como “la Nueva York post-atómica”, que mezcla la línea temporal oscura de Days of Future Past con el periodo post-World War III en el canon de Star Trek. El resultado es un paisaje arrasado donde la humanidad resiste mientras los mutantes han sido casi erradicados.
Una mezcla de universos con más puntos en común de lo que parece
Pese a sus diferencias de tono y enfoque, los mundos de X-Men y Star Trek comparten preocupaciones muy similares: el miedo al otro, el abuso del poder y la búsqueda de esperanza en medio de la oscuridad. Second Contact lo demuestra con inteligencia, aun sin profundizar en todos sus elementos narrativos.
La historia fue un cierre divertido a la etapa de Marvel con la licencia de Star Trek, combinando elementos icónicos de ambas franquicias. El enfrentamiento con los Borg-Centinelas es uno de los momentos más escalofriantes que han vivido tanto los mutantes como la Flota Estelar.
Una fusión única… y por suerte, irrepetible
Es poco probable que volvamos a ver este tipo de crossover, especialmente después de las críticas mixtas que recibió el primer encuentro entre ambas franquicias. Aun así, Second Contact demostró que cuando se trata con respeto y creatividad, estas mezclas pueden funcionar.
Los Borg-Centinelas son un recordatorio de que tanto X-Men como Star Trek tienen el potencial de explorar los rincones más oscuros de la ciencia ficción, pero también de ofrecer lecciones sobre la humanidad, el libre albedrío y el futuro que construimos.