La marcha de David Duchovny dejó un vacío imposible de llenar, pero las razones detrás fueron más humanas que sobrenaturales
El motivo principal
“No quiero ganar la lotería. He cumplido mi contrato y quiero que ellos cumplan el suyo.”
El conflicto se resolvió fuera de los tribunales en el año 2000, pero la relación entre Duchovny y el estudio ya estaba bastante deteriorada.
Fatiga de un rodaje eterno
Y aunque más adelante volvió (en la película I Want to Believe de 2008, y en las temporadas revival de 2016 y 2018), ya no era el Mulder de antes. Lo suyo fue más bien una visita al pasado que una reinstalación definitiva.
¿Qué pasó con Mulder en la serie?
Los guionistas se las apañaron como pudieron: Mulder fue abducido en el final de la temporada 7. En la 8, apareció Robert Patrick como John Doggett, un nuevo agente del FBI que acompañaba a Scully. El enfoque se invirtió: ahora ella creía, y Doggett dudaba. Aunque el personaje ganó cierto respeto, la química Mulder-Scully era insustituible.
Mulder volvió brevemente en la segunda mitad de la temporada 8, y apareció de forma limitada en la 9, hasta el gran final, The Truth. Pero para entonces, muchos fans ya habían desconectado.
El legado de Duchovny más allá del FBI
Además, ha publicado libros, sacado discos y hasta coescrito una novela gráfica de ciencia ficción: Kepler, que recoge su amor por lo extraño y los dilemas existenciales. Todo muy Mulder, claro.
¿Y qué pasa con el reboot?
Aquí viene la noticia fresca: Ryan Coogler, director de Black Panther y Creed, está desarrollando un reboot de Expediente X. Poco se sabe aún, pero Coogler ya ha hablado con Gillian Anderson, aunque no se ha confirmado ningún contacto con Duchovny.
¿Por qué dejó Duchovny Expediente X?
La respuesta no es única, pero sí muy clara: una mezcla de desgaste profesional, conflictos financieros y ganas de hacer cosas nuevas. Lo curioso es que, con el tiempo, el propio Duchovny ha acabado volviendo al personaje. Como si ese vínculo con Mulder fuera demasiado profundo como para ignorarlo del todo.
Y es que, en el fondo, Mulder siempre fue más que un personaje: era el motor de la conspiración, la parte emocional del dúo y el espejo de nuestras paranoias favoritas.