Lionsgate, el estudio detrás de la saga Crepúsculo afirma que puede transformar cualquier película en anime con ayuda de la inteligencia artificial aunque nadie ha visto aún los resultados
Y mientras en Hollywood sueltan frases grandilocuentes, en Japón la cosa está más tensa. Algunos creadores de anime, como miembros del equipo detrás de JoJo’s Bizarre Adventure, han criticado abiertamente el uso de la IA, afirmando que están “luchando contra idiotas que no saben nada” del arte de la animación.
Entre el hype y el rechazo
La idea de reutilizar películas y series dándoles un lavado de cara con IA no es nueva, pero sigue siendo un territorio inexplorado lleno de interrogantes éticos, legales y artísticos. En el caso de Lionsgate, el plan parece claro: reconvertir su catálogo para públicos distintos, bajando la edad recomendada y cambiando el formato. Pero ¿puede una máquina captar el alma de una obra, su ritmo, su sensibilidad?
Además, hay que recordar la tendencia de hace unos meses en la que se viralizaban imágenes al estilo Studio Ghibli generadas por IA. Aquello provocó bastante indignación, hasta el punto de que Japón inició debates legales sobre si estas prácticas vulneran los derechos de autor.
¿Y si Crepúsculo tuviera opening de anime y Edward usara poderes mágicos?
Reimaginar The Twilight Saga como anime no solo sería un giro curioso, sino un reto estilístico inmenso. La saga, que popularizó los vampiros brillantes y los triángulos amorosos adolescentes, está tan arraigada en la estética live-action que imaginar a Bella, Edward y Jacob en una animación estilo shōjo o shōnen es casi surrealista. Adaptar sus emociones contenidas y sus diálogos cargados de drama romántico al lenguaje visual del anime requeriría algo más que un algoritmo: haría falta sensibilidad artística, dirección creativa y una comprensión profunda del medio.
Para que estas tecnologías funcionen como herramientas (y no como reemplazos), deben sumarse al proceso creativo, no ocuparlo por completo. Quizá en el futuro veamos algo interesante salir de esta fórmula híbrida. Pero por ahora, el anime en 3 horas suena más a un meme que a un modelo de negocio viable.