La joven Maka Akana debuta como superheroína arácnida con un pasado oscuro y una actitud que no convence
Nueva York vuelve a tener telarañas en los tejados, pero esta vez, no todo el mundo está aplaudiendo. Spider-Girl #1 acaba de aterrizar en las estanterías de Marvel, y el recibimiento… ha sido más bien accidentado. La nueva portadora del manto arácnido es Maka Akana, una adolescente con un poder mutante tan prometedor como peligroso, pero su llegada ha sido tan caótica que algunos ya piden que le corten la red antes de que cruce más edificios.
Y es que el arranque de esta nueva serie tiene de todo: acrobacias, traiciones, clones emocionales y hasta a Bullseye, el letal asesino del universo Marvel, que aquí no solo está vivo, sino que ha sido el mentor de nuestra protagonista. ¿Demasiado en solo un número? Quizás.
Spider-Girl Marvel cómic
La historia arranca con Maka Akana patrullando Nueva York, haciendo lo posible por meterse en el papel de heroína… aunque no pasa de evitar que un peatón imprudente acabe arrollado. Sin embargo, la tensión sube rápido cuando ve a Bullseye —su supuesto ex mentor, al que creía muerto— y cae en una trampa en cuestión de segundos. No es exactamente el debut heroico que esperábamos.
Maka no es una recién llegada al universo Marvel. Debutó en 2024 en Spider-Boy #11, y ya entonces dejó claro que no era una chica cualquiera. Su poder mutante le permite copiar habilidades y conocimientos de quienes tiene cerca, algo que le valió para arrasar en torneos de ajedrez, competiciones de salto y, cómo no, para llamar la atención de Bullseye. Este la entrenó como asesina ninja bajo el nombre de Funhouse.
Pero cuando se enfrentó a Bailey Briggs (Spider-Boy) e intentó copiar sus poderes, algo se rompió —literal y emocionalmente. El fallo en su habilidad la dejó traumatizada y con un odio visceral hacia Spider-Boy que arrastraría durante mucho tiempo.
¿Quién pensó que esto era buena idea? Después del desastre con Bailey, Maka se reinventó… copiando su estilo. Se enfundó un traje similar, se puso el nombre de Spider-Girl y entró junto a Bullseye en una competición secreta llamada The Challenge of the Jade Dragon. Una especie de torneo de parejas entre héroes y sus aprendices para ver quién merece liderar la organización ancestral conocida como The Gaping Maw.
En ese proceso, descubrió lo evidente: Bullseye no tenía reparos en matarla si se interponía en su camino. Esa revelación cambió el rumbo de Maka, que decidió dejar de seguir órdenes y empezar su propio camino como heroína arácnida.
Sin embargo, la crítica hacia este primer número ha sido bastante dura, y no es difícil entender por qué. La historia va a toda velocidad, introduce conceptos y personajes sin descanso, y en lugar de mostrarnos una evolución orgánica, parece más un resumen atropellado de tres miniseries distintas. El tono, además, mezcla el drama adolescente con violencia desmedida, dejando un sabor raro en la boca.
A nivel artístico, eso sí, el cómic cumple. Con Torunn Grønbekk al guion, André Risso en el dibujo y Java Tartaglia al color, el resultado visual es impactante. Las portadas alternativas de artistas como Peach Momoko, Kaare Andrews o Marguerite Sauvage aportan variedad y estilo a un lanzamiento que, visualmente, tiene músculo.
Pero ni eso salva del todo el desbarajuste narrativo. La nueva Spider-Girl, más que heroína renovada, parece una versión enrabietada de Spider-Boy con problemas de identidad y un pasado demasiado cargado para conectar con los lectores desde el minuto uno. ¿Por qué Marvel decide construir nuevos personajes sobre la sombra de otros más populares? Quizás sea una estrategia, pero en este caso, ha dejado a muchos lectores con telarañas en la cabeza.