En el mundo de Final Fantasy VII, las Materias Blanca y Negra ocupan un lugar simbólico esencial. No son simples objetos; representan las tensiones metafísicas entre la protección y la destrucción, la armonía y el caos, el alma colectiva y la disonancia del ego
En el vasto universo de Final Fantasy VII, la Materia Blanca y la Materia Negra no son meros objetos mágicos; representan fuerzas opuestas que encarnan la dualidad del alma planetaria. La Materia Negra fue creada por la tribu Gi a partir de su odio y resentimiento. Su propósito era invocar a Meteorito para impactar contra el planeta y liberarse de su sufrimiento como almas perdidas. Sin embargo, los Cetra lograron arrebatarles la materia y ocultarla en un lugar inaccesible para evitar su uso.
Por otro lado, la Materia Blanca simboliza el deseo puro de protección, una manifestación psíquica de la Corriente Vital con el propósito de invocar “Sagrado”, el mecanismo espiritual de defensa de Gaia. Estas dos materias, en su esencia, representan la lucha entre la destrucción y la protección, entre la corrupción y la pureza.
¿Qué representa la Materia Blanca?
La Materia Blanca es más que un simple objeto mágico; es la encarnación del deseo puro de protección. Simboliza una emanación psíquica del alma colectiva, la Corriente Vital, con un propósito específico: invocar “Sagrado”, el mecanismo espiritual de defensa de Gaia. En términos simbólicos, la Materia Blanca es el arma de la conciencia luminosa colectiva frente a la manipulación oscura del alma planetaria.
En este marco simbólico, la Materia Blanca no es un simple catalizador para el hechizo “Sagrado”. Es, más bien, una cristalización del deseo puro de protección, una emisión psíquica surgida de la Corriente Vital: el alma colectiva de Gaia.
Sagrado es el “anticuerpo espiritual” del planeta, una forma de defensa ontológica frente a amenazas existenciales. En ese contexto, la Materia Blanca es el medio por el cual este mecanismo puede ser invocado. Representa, simbólicamente, la intención de preservación de la conciencia planetaria.
¿Por qué se vuelve transparente después de la pelea contra Presagio?
La batalla contra el Presagio (Whisper Harbinger) en Final Fantasy VII Remake no es una victoria limpia. Es una trampa elaborada por Sephiroth para forzar una ruptura en la Corriente Vital. Al confrontar a los ecos (Whispers), los personajes rompen el muro kármico que protegía el flujo natural del alma planetaria. Como resultado, la Corriente Vital se fragmenta, y Sagrado pierde su soporte emocional y energético. La Materia Blanca queda “vacía”, no porque haya fallado, sino porque fue desconectada de su red de significado. Es como si Sagrado fuera una canción, y la Materia Blanca, una nota esencial… pero el pentagrama (la Corriente Vital) ya no tiene coherencia armónica.
La Materia ha sido desactivada psíquicamente. Esto es clave: no fue destruida, sino neutralizada por la manipulación de Sephiroth sobre el flujo de almas. Sephiroth usa fragmentos de almas para distorsionar los “mundos posibles”, insertando “defensores del destino” que sabotean las herramientas de liberación espiritual, como lo sería Sagrado. La Materia Blanca se vuelve transparente porque ha sido suprimida en su propósito por una distorsión de conciencia.
Esto beneficia a Sephiroth, ya que sin Sagrado, Gaia no puede defenderse. Si Aeris no puede invocar Sagrado, no hay mecanismo interno para detener la fusión de su alma con la Corriente Vital, ni antídoto espiritual frente a la “eternidad corrupta” que él intenta imponerle a Gaia. El vacío que deja la Materia Blanca transparente es simbólicamente el silencio de Gaia ante el destino manipulado.
Aeris en el mundo divergente tras los acontecimientos del Templo de los Ancianos: Conexión total con la Corriente Vital
Aeris, en este plano divergente, ya ha trascendido el cuerpo físico. Ya no actúa solo como una Cetra, sino como una guía consciente dentro del alma planetaria. Esto le permite reconectar con la red espiritual de Gaia, incluso si ha sido fragmentada por Sephiroth, y desbloquear el acceso simbólico a Sagrado, reactivando la Materia Blanca desde su verdadero origen: el corazón espiritual del planeta.
Dicho de otra forma, en el mundo divergente de Final Fantasy VII Rebirth, actúa como una guía espiritual desde el interior de la Corriente Vital, y esta nueva posición le otorga acceso a la dimensión emocional y arquetípica del alma planetaria. Desde allí, puede: reconectar con la esencia pura de Gaia, reescribir el significado de la Materia Blanca, encenderla no como un objeto, sino como un mantra: una vibración de intención pura.
La Materia Blanca no se “activa” como una herramienta externa. Se ilumina desde dentro, cuando el alma adecuada recuerda su propósito.
Este proceso se vincula directamente con Cloud. Su alma está fracturada, saturada de culpa, recuerdos falsos y dolor no resuelto. Aeris lo guía hacia una purificación que no solo le permite a él sanar, sino que reestablece las condiciones emocionales para que la Materia Blanca vibre de nuevo.
La Materia Blanca es, así, una extensión de la conciencia despierta. No se activa con técnica, sino con integridad emocional.
¿De dónde saca Cloud la Materia Negra al final de Final Fantasy VII Rebirth?
Sobre cómo Cloud termina con la Materia Negra en Final Fantasy VII Rebirth si esta estaba en posesión de Sephiroth en el Templo de los Ancianos, el juego no lo muestra explícitamente. Sin embargo, se puede inferir que en algún momento posterior a su paso por el “mundo divergente” con Aeris —donde Sephiroth le revela información distorsionada sobre las múltiples realidades—, el propio Sephiroth se la entrega. Al hacerlo, refuerza su plan: que Cloud actúe convencido de que lleva el control, cuando en realidad está cumpliendo una función diseñada por su enemigo desde el principio.
¿Por qué Sephiroth necesita que Cloud le entregue la Materia Negra?
Para contestar esta pregunta voy a tomar la idea de @SEPH7ROTH, quien es un gran conocedor del universo de Final Fantasy VII y que deberían seguir si quieren saber más sobre este mundo. Todo lo que comentaré está adaptado a mi punto de vista.
La Materia Negra no puede ser utilizada en cualquier lugar. Su poder necesita canalizarse desde un punto donde la energía vital del planeta esté en su máxima concentración: el Cráter del Norte. Este sitio no es fácilmente accesible debido a las defensas naturales del planeta, como las Armas, que podrían activarse ante una amenaza tan grande como lo es el propio Sephirot. Además, Sephiroth no puede confiar este paso a un simple clon sin voluntad propia. En su lugar, necesita a alguien que pueda abrirse camino sin dudar, impulsado por convicciones personales y por la ilusión de estar actuando por su cuenta. Ese alguien es Cloud.
Cloud se convierte sin saberlo en el vehículo ideal para llevar la Materia Negra hasta el lugar donde realmente puede ser usada. Su determinación, reforzada por su vínculo con Aeris y por su aparente libre albedrío, lo hacen avanzar hacia el Cráter sin resistencias internas, justo como Sephiroth lo necesita.
En Final Fantasy VII Rebirth, Sephiroth está orquestando los eventos para que Cloud llegue a hacer exactamente lo que él necesita, creyendo que es su decisión.
¿Por qué los “clones” reaccionan a la activación de la Materia Negra?
A partir de información compartida por @SEPH7ROTH, incluida unas páginas de la Ultimania de Final Fantasy VII Rebirth, se puede especular sobre lo ocurrido.
Lo que se dice allí es que antes de la creación de la Materia Negra, los Gi trataron de buscar un camino para coexistir con los Cetra mediante el diálogo. Sin embargo, hace unos 2000 años, cuando los Cetra comenzaron a caer por la llegada de Jenova, los Gi malinterpretaron esta retirada como un rechazo.
En los momentos finales de Final Fantasy VII Rebirth, la activación de la Materia Negra marca un punto de no retorno. A partir de ese momento, Sephiroth pone en marcha un plan cuidadosamente orquestado que no solo involucra la magia de destrucción más poderosa conocida —Meteorito—, sino también la manipulación directa de los lazos que lo conectan con Cloud. Uno de los indicios de que la “Reunión” ha comenzado es el comportamiento de ciertos personajes vinculados a Jenova, como Roche, quien parece reaccionar instintivamente al despertar de esa energía oscura.
Aunque no hay una explicación oficial, una posibilidad interesante es que el origen mismo de la Materia Negra esté ligado a Jenova. Es posible que los Gi, quienes la crearon, ya estuvieran contaminados por la influencia de Jenova (habría aprovechado el momento en el que los Gi se sintieron abandonados por los Cetra). Si esto es cierto, la Materia Negra no sería solo una herramienta de destrucción, sino un catalizador hecho para servir el propósito último de Jenova: provocar una extinción masiva a través de Meteorito y convertirse en el único ser capaz de absorber la energía vital restante.
Por eso, cuando Sephiroth activa la Materia Negra en Final Fantasy VII Rebirth, todos aquellos con células de Jenova —los llamados “clones”— sienten su llamado. No es simplemente una orden, sino una resonancia profunda con el propósito original de la Materia: facilitar la supervivencia y el renacimiento de Jenova a costa de todo lo demás. Sin embargo, ahora ese propósito ha sido tomado por Sephirot para cumplir su objetivo.
La Materia Negra como arquetipo: El poder del deseo distorsionado
Desde un enfoque junguiano y Yogācāra, la Materia Negra de Final Fantasy VII no es solo un objeto mágico, sino la cristalización de un deseo profundo, reprimido y cargado de energía kármica.
En Jung: La Materia Negra es una manifestación del arquetipo de destrucción, que habita en el inconsciente colectivo.
Si la materia fue originalmente creada o corrompida por una civilización influenciada por Jenova (como los Gi), entonces su función podría haber sido siempre facilitar un cataclismo que garantizara la supervivencia de una única entidad: Jenova misma. Al ser activada, la Materia Negra resuena con quienes comparten su huella biológica, impulsándolos a movilizarse hacia su fuente, el Cráter del Norte, donde reside el cuerpo original de Sephiroth.
Conclusión: La batalla espiritual por el alma del planeta
El universo de Final Fantasy VII Remake y Final Fantasy VII Rebirth no obedece leyes materiales. Es una psicósfera donde el trauma, la esperanza y el deseo moldean la realidad.
En este sentido, la Materia Blanca y la Materia Negra no son antagonistas simples. Son dos formas de voluntad, dos caminos del alma: uno hacia la protección, otro hacia la destrucción. Y el corazón de Cloud es el campo de batalla donde ambas pugnan por materializarse.
En futuros artículos exploraremos el papel de Aeris y Sephiroth en esta trilogía, sus funciones arquetípicas, y cómo representan ejes de tensión entre destino, memoria, y redención espiritual en el corazón de Final Fantasy VII.
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