El personaje más torpe de Disney estuvo a punto de desaparecer por decisión del mismísimo Walt Disney
La verdad detrás del desprecio de Disney hacia el personaje
En los años 30, cuando el estudio aún estaba dando sus primeros pasos, Goofy nació como un fondo cómico, casi por accidente. Su primera versión, Dippy Dawg, era un anciano con barba blanca sin demasiado carisma. Pero algo cambió cuando el animador Art Babbitt decidió que aquel personaje podía tener más potencial del que parecía.
Babbitt transformó al simple bufón en una figura más elaborada, estudiando incluso las técnicas del método Stanislavski para dotarlo de personalidad. El resultado fue un personaje ingenuo, optimista y con su propio ritmo torpe, pero lleno de buenas intenciones.
Walt Disney, sin embargo, nunca terminó de tragar a Goofy. Lo consideraba una representación demasiado tonta que podía restar prestigio a su compañía, sobre todo en plena transformación hacia el cine animado serio con títulos como Blancanieves.
un personaje que sobrevivió por necesidad
Según el historiador Neal Gaber:
“Walt siempre odió a Goofy y lo habría eliminado hace tiempo si el estudio no hubiera necesitado hacer esas películas para dar trabajo a tantos animadores. De verdad, odiaba a Goofy.”
Puede que el término “odio” sea fuerte, y algunos lo rebajen a “resquemor” o “desprecio artístico”. Pero lo cierto es que Goofy siguió adelante, sobreviviendo por ser útil cuando el estudio más lo necesitaba.
De torpe crónico a padre ejemplar
Todo cambió en los años 90. Mientras Mickey recibía homenajes y Donald protagonizaba aventuras en PatoAventuras, Goofy encontró por fin su gran momento con Goof Troop (1992), una serie donde lo veíamos como un padre viudo criando a su hijo Max.
Mientras Mickey representaba el éxito, Donald el temperamento y Pluto la fidelidad, Goofy simbolizaba el crecimiento, el corazón, la torpeza entrañable y la lucha por conectar con quienes amamos.
El legado de un personaje que nunca encajó
Curiosamente, aún hoy sigue el debate sobre si Goofy es un perro o un hombre con forma de perro, pero eso no ha impedido que conquiste parques temáticos, videojuegos como Kingdom Hearts, y series actuales.
Y aunque Walt Disney nunca llegó a verle con los mismos ojos que al resto de su plantilla animada, el mundo sí lo hizo. Goofy, contra todo pronóstico, sobrevivió. Y triunfó.


