Un nuevo villano se une al clásico enemigo de Batman en una historia con sabor a reboot oscuro
Cuando parecía que ya lo habíamos visto todo en el universo del Caballero Oscuro, DC sorprende con una versión renovada del Espantapájaros que deja atrás lo previsible y se adentra en un territorio inquietante. La colección The Bat-Man: Second Knight #1, escrita por Dan Jurgens y dibujada por Mike Perkins, sitúa a Gotham en plena resaca de la Primera Guerra Mundial y presenta un giro inesperado: la unión de Jonathan Crane con el Ahorcado, un asesino en serie tan brutal como creativo.
La serie, secuela directa de First Knight, apuesta por un enfoque retro y noir, pero con una frescura que engancha de inmediato. Gotham aparece como una ciudad rota, sacudida por crímenes grotescos que desafían incluso a Batman. Y en ese escenario irrumpe un Espantapájaros en su debut más impactante hasta la fecha, no solo por su estética vintage, sino porque ahora no actúa solo, sino acompañado de un monstruo humano dispuesto a sembrar el terror a su lado.
El espantapájaros en The Bat-Man: Second Knight
La presencia del Ahorcado es uno de los aciertos más llamativos de esta etapa. Sus crímenes, que incluyen cuerpos colgados desde globos aerostáticos o convertidos en badajos de campana, no solo aterran, sino que llaman la atención del mismísimo Crane. Fascinado por el poder del miedo, el Espantapájaros encuentra en este asesino el aliado perfecto para llevar a Gotham a un estado de paranoia colectiva.
La unión de ambos se siente como un punto de inflexión en la mitología del villano, que hasta ahora solía operar en solitario. Jurgens y Perkins lo redefinen como un manipulador capaz de inspirar —y ser inspirado— por otros monstruos, construyendo una versión más peligrosa y ambiciosa del personaje.
Un reto directo para Batman
En este primer número, la trama golpea de lleno cuando el Ahorcado consigue colgar al propio comisario Gordon, un ataque que por poco acaba con su vida. La tensión aumenta porque, aunque Batman consigue frenar al asesino, todavía no se ha visto cara a cara con el Espantapájaros. Ese suspense funciona como gancho para que los lectores esperen con ansia el siguiente capítulo, preguntándose cómo será este enfrentamiento en una Gotham donde los villanos no solo infunden miedo: ahora lo industrializan.
Una Gotham entre lo clásico y lo moderno
El gran atractivo de Second Knight está en cómo combina el aroma pulp de los años 30 con un dibujo de estilo actual. El guion aprovecha ese choque de épocas para dar un aire mítico a los orígenes de Batman y, al mismo tiempo, modernizar a sus rivales. El Espantapájaros gana profundidad, mientras el Ahorcado se estrena como un antagonista con un nivel de crueldad que recuerda a las sagas más oscuras del Caballero Oscuro.
La propuesta no solo ofrece nostalgia, también abre camino a un nuevo canon alternativo en el que los villanos clásicos pueden reimaginarse sin miedo. Para los lectores veteranos es un homenaje a la historia del personaje, y para los nuevos supone una puerta de entrada perfecta a un Batman más crudo y visceral.
Un futuro prometedor para esta dupla
Si algo deja claro este debut es que la alianza entre Espantapájaros y el Ahorcado no es un simple recurso pasajero. Todo apunta a que DC quiere convertir esta sociedad en un eje narrativo capaz de marcar las próximas entregas. El villano del miedo, tan conocido por sus toxinas y su intelecto retorcido, se fusiona con la brutalidad física y teatral de un asesino en serie, creando un contraste que promete escenas memorables.
Para los seguidores del Caballero Oscuro, The Bat-Man: Second Knight no es solo otro reinicio, sino la oportunidad de vivir la evolución de un villano icónico hacia territorios nunca explorados. Una Gotham más oscura, un Batman más exigido y unos enemigos que no conocen límites son la receta perfecta para mantenernos pegados a cada página.


