Pero no solo ellos tendrán que tomar caminos difíciles. Phil y Geoffrey verán puesta a prueba su relación de confianza, con un inesperado cambio de poder que amenaza con dividirlos. Viv, por su parte, explorará nuevas facetas de sí misma mientras replantea su papel como madre.
Un viaje de cambios para toda la Familia Banks
La nueva entrega también mostrará a una Ashley en plena etapa rebelde, descubriendo los límites de la independencia en su primer año de secundaria. Mientras tanto, Hilary iniciará un proceso de autoexploración que podría redefinir su trayectoria personal y profesional. Todo este mosaico de conflictos convierte a la cuarta temporada en un cierre que no solo se centra en Will, sino en cómo la familia Banks ha evolucionado en este nuevo contexto.
Aunque nunca alcanzó la huella cultural del clásico de Will Smith, la recepción crítica de Bel-Air ha sido sorprendentemente positiva. La serie empezó con un tibio 65% de aprobación, pero fue ganando solidez hasta alcanzar el 100% en su tercera temporada. El público también ha respondido bien: del 69% inicial pasó a un 80% en las últimas entregas.
Además, el contraste entre el Will original y el Will de Jabari Banks resulta especialmente interesante. Mientras el primero era símbolo de humor y frescura en los 90, esta nueva versión es más introspectiva y vulnerable. Esa diferencia no solo reinterpreta un mito televisivo, sino que también subraya la capacidad del relato para adaptarse a los tiempos y mantener su vigencia cultural.
La serie ha demostrado que incluso los clásicos más recordados pueden renacer bajo una mirada distinta y conectar con nuevas generaciones. Ahora, con la fecha marcada en el calendario, solo queda esperar a noviembre para ver si Will, Carlton y el resto de los Banks se despiden a la altura de las expectativas.