Picara derrota a Galactus y se convierte en estatua viviente en el nuevo evento de los X-Men

Picara
Panini

Picara alcanza un poder divino… pero paga el precio más alto imaginable

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En el cómic Unbreakable X-Men #1, Picara ha logrado lo impensable: derrotar a Galactus en solitario. Sí, el Devorador de Mundos, esa fuerza cósmica que ni los Cuatro Fantásticos ni los Vengadores han conseguido vencer sin ayuda divina, ha caído ante una sola mutante. Pero, como suele pasar en los grandes sacrificios de los X-Men, la victoria tiene un coste que rompe el corazón.

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Un nuevo nivel de poder

En esta historia firmada por Gail Simone, con arte de Lucas Werneck y rotulación de Clayton Cowles, Galactus ataca la base de los X-Men en busca de Dome, una joven mutante a la que pretende convertir en su nuevo Heraldo. Picara no duda un segundo en interponerse, dispuesta a sacrificar su vida por su alumna. Lo que nadie espera es que su poder haya evolucionado hasta el punto de poder absorber la energía cósmica del mismísimo Galactus.

La escena es brutal: el titán cósmico, símbolo del hambre universal, reducido a un simple destello de luz ante la fuerza de una mujer que, en sus comienzos, solo podía robar poderes por contacto. Pero el triunfo no es completo. Picara queda petrificada, convertida en una estatua de más de veinte metros que ahora protege el refugio de los X-Men, conocida como la Haven House.

Un futuro incierto

Nadie sabe si Picara sigue viva dentro de esa forma inerte. Gambito, su eterno amor, confirma que no tiene pulso ni actividad cerebral. Algunos fans especulan con que la mutante se haya petrificado voluntariamente para no convertirse en el nuevo Devorador de Mundos, mientras otros creen que su cuerpo colapsó al absorber un poder que ni siquiera los dioses pueden controlar.

Marvel no ha revelado si volveremos a ver a Picara con vida, pero su sacrificio ya se perfila como uno de los momentos más impactantes de la era moderna de los X-Men.

Galactus cae… pero no desaparece

El número termina con una inquietante revelación: Galactus sigue vivo, aunque inmovilizado bajo el océano. Un último fragmento de energía cósmica palpita en su interior, y una misteriosa criatura marina lo absorbe, dando origen a una nueva amenaza vinculada a Atlantis.

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Los próximos números de Unbreakable X-Men enfrentarán a Gambito y su equipo contra esta criatura, en una trama que podría redefinir el equilibrio de poder entre la superficie y el reino submarino.

El precio de ser un dios

La historia forma parte del evento Age of Revelation, que traslada el universo Marvel diez años hacia el futuro. Curiosamente, la batalla de Rogue ocurre solo siete años después de la continuidad actual, lo que sugiere que su poder ya está alcanzando niveles cósmicos en el presente.

Picara no es ajena a los excesos de poder. En Uncanny Avengers, llegó a absorber las habilidades de todos los Vengadores y X-Men combinados, empujando junto a Sentry a un Celestial fuera de la órbita terrestre. En aquel entonces, su cuerpo apenas soportó la energía acumulada; ahora, parece haber traspasado ese límite… y lo ha pagado con su humanidad.

¿Se debilita Galactus al caer tan a menudo?

Es una pregunta que los fans de Marvel se hacen desde hace años. Cada vez que Galactus es derrotado, pierde parte de su aura de divinidad. En realidades alternativas ya ha caído varias veces —en Marvel Zombies: Resurrection, fue destruido por una versión zombificada de Gambito—, pero pocas veces con el dramatismo de esta ocasión.

Lo cierto es que Unbreakable X-Men trata el momento con un tono de tragedia, no de simple “power up”. Picara gana, pero muere. Galactus cae, pero su energía crea un monstruo aún más peligroso. Marvel parece querer recordarnos que ningún poder cósmico viene sin consecuencias, y que el sacrificio sigue siendo el alma de los X-Men.

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Un nuevo mito para los mutantes

Este enfrentamiento ya está siendo comparado con los momentos más icónicos de la franquicia, como la transformación de Jean Grey en Fénix o el sacrificio de Coloso para salvar a su especie. Simone ha logrado convertir a Picara —a menudo tratada como secundaria— en una figura casi mitológica.

Su estatua, erguida sobre los restos de la batalla, simboliza la eterna lucha de los mutantes por proteger un mundo que los teme, incluso cuando eso significa dejar de ser humanos.

Con esta historia, Marvel no solo eleva a Picara al panteón de los héroes más poderosos de su historia, sino que abre un nuevo capítulo lleno de misticismo y tragedia. Galactus ha caído, pero su sombra sigue viva. Y mientras tanto, una colosal estatua de piedra, con el rostro de Picara, se alza como un recordatorio de que incluso los dioses pueden ser derrotados… si hay amor y sacrificio de por medio.

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