Santuario de buitres, basado en el relato de Robert E. Howard es una aventura Pulp del oeste, publicada por cARTEm cómics, con Ángel García Nieto y Benito Gallego como autores
Santuario de buitres es una historia del lejano oeste, tema muy bien tratado en otras obras de cARTEm, ambientada en la frontera mexico-texana de 1880 y basada en un relato Pulp de Robert E. Howard, prolífico autor que hubiese escrito más relatos si no hubiese fallecido en 1936, ya que de su máquina de escribir salieron numerosos personajes como Conan, Kull, Solomon Kane o Bran Mak Morn, solo por citar algunos de ellos. Aunque hoy es más recordado por su fantasía heroica, Howard escribió decenas de historias del Oeste, algunas realistas y otras mezcladas con aventura, humor o incluso horror.
El lejano (cercano en su caso) oeste de Robert E. Howard
Robert E. Howard nació el 22 de enero de 1906 en Peaster, Texas y pasó gran parte de su vida en el Estado de la Estrella solitaria, con raíces familiares en esa región; por lo que tuvo un contacto directo con la cultura rural, ranchera y fronteriza de Texas, lo que le proporcionó el conocimiento del ambiente del Oeste, los cowboys, los ranchos, los conflictos fronterizos, etc.
Este conocimiento lo aprovechó para escribir sus relatos, donde expresaba los temas del honor, la venganza, la ley informal, la dureza de la vida rural, el aislamiento, la tradición del cowboy y la frontera con ranchos, peleas entre facciones, disputas sobre las tierras, rifles, duelos). Su visión del Oeste no es romántica ni idílica; sino que refleja la dureza, el peligro natural, las tensiones humanas y legales, además de esa óptica a menudo violenta que uno puede asociar a las fronteras interiores o exteriores dentro del contexto cultural de Texas, especialmente en los periodos de transición entre lo decimonónico y el siglo XX.
Entre las historias del oeste se pueden destacar las siguientes: The Last Ride (1931), que es un western trágico y crepuscular sobre un viejo forajido en su última aventura; A Gent from Bear Creek (1937) protagonizada por Breckinridge Elkins; y la que inspira al cómic de Nieto y Gallego The Vultures of Wahpeton (1936), que fue publicada en el libro Santuario de buitres y otras historias del viejo Oeste por La Biblioteca del Laberinto (2010).
La trama de Santuario de Buitres
En medio del desierto fronterizo, donde el polvo borra los caminos y el sol calcina las almas, Bill McClanahan, conocido como “Gran Mac”, camina hacia San Francisco, ir a la gran ciudad y descansar, pero en la frontera, la paz es un espejismo.
Judith Ellis viaja con su padre, el viejo Ellis, hacia California, soñando con una vida de cosechas y atardeceres tranquilos. Sin embargo, su carruaje es guiado por Checotah Kid, hacia la guarida del temido Garth Bissett, apodado “El Bravo”. Bissett lidera una banda de forajidos despiadados buscados por las autoridades federales —Slip Ratner, Stark Campbell, Wolf Wilson, John Garrison y Red Emmet— que controlan una parte del desierto como si fuera su propio reino de arena y sangre, donde la ley no llega.
Judith es secuestrada y llevada a un antiguo rancho en ruinas, un escondite conocido por los bandidos como el Santuario de los Buitres, donde se refugian del calor y la ley. Allí, los buitres sobrevuelan esperando nuevos cadáveres, y los hombres se pudren antes que los cuerpos.
Los autores
El guion corre a cargo de Ángel García Nieto, quien como afirma Pako Domínguez en el prólogo del libro, “autor que, entre sus muchas obras, ya tenía otra relacionada” con el autor texano. En Santuario de Buitres sabe adaptar perfectamente el Pulp howardiano y transmitirlo con toda su esencia y fuerza en el tomo.
Ángel García Nieto utiliza unos diálogos mínimos, con frases cortas, directas y pocas explicaciones; donde el lector siente el peso del silencio más que la exposición. Esto implica que el ritmo no dé tregua, dando paso a las diferentes escenas con una fluidez y viveza que mantienen la tensión.
La estructura del relato establecida por García Nieto es fuerte, con una introducción y un comienzo rápido, que hace surgir el conflicto casi inmediatamente, centrado en la trama principal con un protagonismo de la acción, del enfrentamiento, del pasado que no se revela del todo sino que se intuye en algunos aspectos, pero que identifica claramente la composición interior de los personajes. Aquí el antagonista no necesita soliloquios basta con su presencia, para entender su naturaleza y aprensión al Gran Mac, porque es su verdadera némesis.
A los lápices se encuentra Benito Gallego, quien sabe dar un tono visual austero, sin ornamentos innecesarios, ambientación sugerida más que detallada al exceso; el desierto, la frontera, el calor, el polvo como personajes latentes. Su estilo es un ejemplo de fuerza clásica, dramatismo narrativo y dominio anatómico, con una impronta que combina realismo, energía y elegancia.
Los personajes tienen una anatomía impecable, basada en el estudio del cuerpo real, pero acentuada para reforzar la sensación de poder y movimiento. Tanto McClanahan como el resto de los personajes masculinos tienen cuerpos heroicos y musculosos, pero sin la rigidez del culturismo; parecen cuerpos que se mueven, no que posan. Por su parte, Judith es esbelta, de líneas fluidas, con una sensualidad natural y una elegancia clásica.
Cada gesto y postura comunica tensión, peso y gravedad. Además Gallego en Santuario de buitres utiliza diagonales, escorzos y perspectivas que rompen la rigidez del marco, haciendo que el lector sienta el golpe o el salto. En las escenas de acción, los tiroteos, los combates cuerpo a cuerpo o las persecuciones tienen una fluidez cinematográfica, sin perder claridad, donde cada línea contribuye a la sensación de ritmo y energía.
El resultado es una narración visual limpia, vigorosa y perfectamente legible, incluso en las escenas caóticas. En cada página sabe equilibrar las masas, las luces y las direcciones de lectura para guiar el ojo del lector. De este modo realiza varios encuadres, alternando primeros planos intensos con planos generales amplios que ubican al personaje en el entorno. Esta mezcla de realismo físico y épica moral encaja perfectamente con el guion de García Nieto y el relato de Howard.
La edición
Santuario de Buitres de Ángel García Nieto y Benito Gallego es el primer libro de la nueva Colección Pulp de Cartem Cómics, que adapta los relatos clásicos de género, en formato auto conclusivo, con una estética contundente y sin filtros. Esta publicado con una encuadernación en tapa dura, con unas medidas de 29×21 cm, a color y una extensión de 64 páginas, con la calidad y el buen acabado que destaca de la editorial, acompañado de varias páginas de extras.
Un relato de Robert E. Howard reinventado en clave de western oscuro
Robert E. Howard, célebre creador de Conan el Bárbaro, exploró numerosos géneros más allá de la fantasía heroica. En Santuario de Buitres, nos legó una historia breve, intensa y cargada de simbolismo: violencia, traición y redención en un territorio hostil.
Esta adaptación, con guion de Ángel García Nieto y dibujo de Benito Gallego, recoge la esencia del relato original y la transforma en un western poderoso y visceral. La narrativa visual amplifica cada tensión, cada silencio y cada estallido de violencia. Un homenaje al pulp más salvaje, desde una mirada contemporánea.
Una frontera donde la muerte acecha
En pleno desierto, un hombre busca refugio. Pero no hay redención para quienes arrastran demasiados pecados. El santuario que encuentra es un nido de carroñeros. Y los buitres no siempre vuelan.
Santuario de Buitres es una historia seca, directa, donde la frontera no es solo un lugar: es una línea moral, una grieta en el alma. Una historia sobre el peso del pasado y la necesidad —o imposibilidad— de redención. Una última oportunidad bajo un sol abrasador y un cielo lleno de alas negras.
Una obra con pulso cinematográfico
El trazo de Benito Gallego convierte cada página en una secuencia cargada de tensión. Su dibujo, expresivo y ágil, traslada la brutalidad del relato a un lenguaje visual de gran potencia. La atmósfera es densa, polvorienta, llena de sombras.
El guion de Ángel García Nieto mantiene el ritmo firme, con diálogos secos y silencios elocuentes. Conoce la cadencia de los buenos westerns: tensa, contenida, implacable. Juntos logran una lectura que no da tregua, que arrastra al lector sin concesiones.
El nacimiento de la Colección Pulp
Santuario de Buitres inaugura la nueva Colección Pulp de Cartem Cómics, una línea dedicada a adaptar relatos clásicos de género —western, horror, aventuras, fantasía— con una estética contundente y sin filtros. Obras directas, autoconclusivas, con alma de revista pulp y músculo narrativo contemporáneo.
Te gustará si…
Una lectura ideal para quienes disfrutan de los relatos de Robert E. Howard, los mundos salvajes de Conan o Solomon Kane, y la crudeza del western crepuscular. También para quienes vibran con el cine de Leone, Peckinpah o Eastwood, y reconocen en cómics como Blueberry, Mac Coy, Pactos, Comanche o La Serpiente y el Coyote ese aliento de polvo, violencia y redención imposible. Santuario de Buitres es, en definitiva, una obra pensada para amantes del pulp clásico y del cómic directo, sucio y sin redención fácil. Una historia que no suaviza los bordes. Que los afila.


