2 Tropas para conquistar galaxias y repúblicas: Star Wars y la Roma Antigua

Panini

Las tropas son fundamentales en la conquista y mantenimiento de galaxias y repúblicas, por lo que en Star Wars y la Roma Antigua, estas tienen un papel preponderante

Si existe un paralelismo general entre Star Wars y la Antigua Roma, también lo existe en las tropas. En toda estructura imperial, la fuerza armada no solo es un instrumento de defensa o conquista: es la espina dorsal del poder político.

Tanto en la Antigua Roma como en la galaxia de George Lucas, la evolución de los ejércitos refleja el paso de una república en crisis a un imperio centralizado. Desde los soldados clon hasta los stormtroopers, desde los Jedi comandantes hasta los guardianes de Palpatine, el paralelismo entre ambas máquinas militares revela una profunda inspiración histórica por parte de George Lucas.

Las tropas de la República: entre ciudadanos y clones

En la República Romana temprana, el ejército se formaba por ciudadanos propietarios obligados a servir cuando eran llamados por el gobierno de la Ciudad Eterna. El ejército era una extensión del cuerpo cívico, al igual que en las polis griegas. De igual manera, en Star Wars: Episodio II, la República crea el Gran Ejército de la República a través de la clonación de soldados en Kamino, siendo hombres diseñados para servir a la causa, obedecer órdenes sin cuestionarlas y proteger a la República como en la batalla de Geonosis.

Ambos ejércitos comparten una naturaleza estructurada, jerárquica y eficiente. Se dividen en unidades tácticas, unos en las legiones y otros en las divisiones clon; y están altamente entrenados, aunque en Star Wars se sustituye la ciudadanía por la lealtad genética programada.

A finales del siglo II a.C., el general Cayo Mario implementó reformas clave puesto que permitió el reclutamiento de proletarii, ciudadanos sin propiedades, y profesionalizó al ejército. Estos soldados ya no luchaban por Roma, sino por sus generales, de quienes dependían para obtener tierras y recompensas

Este momento de la historia romana tiene un paralelo directo en la evolución de los clones, porque estos, aunque al inicio sirven a la República, pronto se convierten en una herramienta política bajo control del Canciller Palpatine, quien se posiciona como su comandante supremo. Tras la Orden 66, los clones se vuelven soldados personales del nuevo Imperio, rompiendo todo lazo con el Senado, igual que las legiones de Mario terminaron siendo instrumentos de ambición personal.

Orden 66 - La remesa mala - Star Wars - Disney +

El equivalente más claro de Julio César en Star Wars es Anakin Skywalker, quien, como César, es una figura carismática, militarmente brillante y con un fuerte apoyo popular, en este caso, del Consejo Jedi al inicio. Ambos cruzan líneas prohibidas, César al cruzar el Rubicón; Anakin al masacrar a los Jedi.

Ambos representan el momento crucial donde el ejército deja de ser republicano y se vuelve imperial. La lealtad de la 501ª Legión clon a Anakin durante la ejecución de la Orden 66 recuerda a las legiones X Equestris, IX Hispana, XIII Gemina y I Germanica, que siguieron a César en su rebelión contra el Senado. En ambos casos, la transición al Imperio no se hace mediante una revolución popular, sino mediante el uso del ejército como herramienta para destruir la República desde dentro.

El Imperio, un poder absoluto, ejército profesionalizado y represión

Con la fundación del Imperio Galáctico, los clones son reemplazados gradualmente por stormtroopers, los soldados humanos reclutados masivamente, con entrenamiento menos riguroso y en mayor número. Esto remite a las legiones del Alto Imperio romano (siglos I–II d.C.), profesionalizadas, permanentes y leales al emperador, no al Estado.

Los stormtroopers representan una fuerza masiva que controla, vigila y reprime. Son el rostro del Imperio, así como las legiones romanas lo fueron en las provincias. La uniformidad, obediencia y brutalidad son rasgos compartidos.

La famosa 501ª Legión, bajo el mando de Darth Vader, representa la elite militar del Emperador. En Roma, ciertas legiones gozaban de este estatus, como la ya referida Legio X Gemina (de César) o la Legio II Traiana Fortis, que servían directamente a los intereses del emperador y recibían privilegios especiales.

Estas unidades eran más móviles, mejor equipadas y asignadas a operaciones sensibles, como puedan ser asedios o represión de revueltas, tal como hace la 501 en la galaxia.

Los guardias reales de Palpatine, vestidos de rojo, silenciosos y ceremonialmente letales, evocan directamente a la Guardia Pretoriana romana, que protegía al emperador en Roma. Como en Roma, estas unidades son más que soldados, son símbolos vivientes del poder imperial.

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Más adelante, en la trilogía secuela, la Guardia Pretoriana de Snoke aparece como una evolución estética y simbólica, siendo una fuerza de élite al servicio directo del líder supremo, con funciones tanto militares como rituales.

El Gran Moff Tarkin y otros oficiales del Imperio recuerdan a los gobernadores de provincias romanas, los legati Augusti, con poderes tanto civiles como militares. Controlan sectores completos de la galaxia, deciden sobre la vida y la muerte, y responden directamente al Emperador. En ambos casos, estos líderes son figuras que temer, con ejércitos propios a su disposición, responsables de mantener el orden y sofocar cualquier amenaza.

Los Star Destroyers imperiales representan el control naval absoluto del Imperio, del mismo modo que la Classis Romana —la flota romana— aseguraba el dominio del Mediterráneo. En ambos casos estas naves tienen proyección de fuerza a larga distancia, realizan el transporte de tropas y son una disuasión visual y psicológica.

Decadencia y fragmentación, de la Primera Orden al Ejército Sith

En la trilogía secuela, los stormtroopers de la Primera Orden son niños raptados y adoctrinados desde pequeños. Este sistema recuerda a los foederati del Bajo Imperio, es decir, soldados de pueblos extranjeros reclutados para servir a Roma, a menudo leales a sus propios jefes y no al Imperio.

En ambos casos, se pierde la identidad central del ejército. Las tropas ya no protegen al Estado, sino que son herramientas de quienes buscan mantener el poder a toda costa.

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La flota secreta de Exegol, revelada en El Ascenso de Skywalker, simboliza un intento de revivir el viejo imperio mediante un golpe de fuerza brutal, sin respaldo institucional. Este ejército, oculto, es más un mito de restauración imperial que una fuerza legítima, como lo fueron los intentos tardíos de restaurar Roma en Occidente con Carlomagno o el Sacro Imperio, e incluso el propio Imperio Bizantino.

Son tropas sin rostro, generadas en masa, con una estructura casi religiosa. Representan el final del ciclo imperial, donde la fuerza ya no sirve al orden, sino a la ilusión de grandeza perdida.

Las fuerzas especiales

La Fuerza Clon 99, que se da a conocer en La remesa mala (Bad Batch) es una unidad de comandos clon modificados genéticamente, cada uno con habilidades únicas como fuerza sobrehumana, puntería extrema, rastreo, tecnología o liderazgo táctico. A estos soldados se les asignan misiones de altísimo riesgo que un pelotón regular no podría cumplir como la infiltración, el sabotaje, la extracción de activos valiosos, etc.

Star Wars: La remesa mala

Su rol es el de una unidad de operaciones especiales dentro del Gran Ejército de la República, funcionando al margen de la jerarquía regular, pero con gran eficacia y autonomía.

Aunque el ejército romano no tenía comandos como los modernos o los de Star Wars, sí contaba con unidades élite para tareas fuera del alcance de las legiones comunes, como los Speculatores et Exploratores, los frumentarii o, posteriormente, los curiosii o los agentes in rebus para el reconocimiento, la inteligencia o la infiltración.

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