Netflix, Disney y Crunchyroll unen fuerzas para frenar la piratería de anime, pero los dominios rusos complican la batalla legal
Un enemigo que nunca muere
Pero el golpe no ha sido recibido en silencio. Los administradores de VidSrc han migrado rápidamente sus servidores a Rusia, eludiendo así el control de las autoridades indias. Una jugada que, según los expertos, podría dificultar la aplicación práctica de cualquier sentencia judicial internacional.
Crackdown global contra VidSrc
El caso se ha convertido en un ejemplo de cómo la piratería online actúa como una hidra: cada vez que una cabeza cae, dos más aparecen. Aunque el tribunal indio ha emitido una orden que permite bloquear cualquier dominio relacionado con los ya clausurados, la naturaleza cambiante de Internet hace casi imposible sellar todas las brechas.
La alianza más poderosa del entretenimiento
El hecho de que Crunchyroll, Netflix y Disney figuren como demandantes directos supone un cambio de escala en la lucha contra la piratería de anime. Estas compañías han invertido millones en la producción y distribución de contenido japonés, y su participación demuestra que el anime ya no es un nicho, sino una prioridad estratégica.
Crunchyroll sigue siendo el líder mundial en streaming de anime, mientras que Netflix y Disney han ampliado sus catálogos con éxitos como Blue Eye Samurai, Pluto o Tokyo Revengers. El crecimiento global del anime ha convertido este género en un campo de batalla crucial para los grandes estudios de Hollywood.
Impacto directo en los fans de anime
El dilema moral y práctico persiste. Mientras los estudios se enfocan en proteger sus derechos, una parte del fandom teme que el cierre de estas webs limite el acceso a obras de culto que no llegan al catálogo oficial de las grandes plataformas.
El futuro del anime legal
Aun así, la situación no es completamente sombría. En los últimos años, la accesibilidad del anime legal ha mejorado drásticamente. Crunchyroll ofrece simulcasts casi simultáneos con Japón, mientras que Netflix apuesta por producciones exclusivas y Disney+ ha apostado fuerte por la animación japonesa a través de Star Wars: Visions y Twisted-Wonderland.
En definitiva, la guerra contra la piratería entra en una nueva fase. Una en la que los grandes del streaming han decidido hacer frente común para proteger su negocio… y el futuro del anime legal.


