Los datos de audiencia revelan una historia más complicada de lo que parece para el regreso del antihéroe más gamberro del universo DC
La segunda temporada de Pacificador ha llegado con menos ruido del esperado. Después del fenómeno que supuso su primera entrega —esa combinación de acción, humor cafre y un opening imposible de olvidar—, la continuación parecía tenerlo todo para repetir éxito. Pero las cifras dicen otra cosa. Según datos de The Hollywood Reporter, la serie apenas logró colarse en el Top 10 de Nielsen durante la semana del 6 al 12 de octubre, acumulando 398 millones de minutos de visionado.
Lo curioso es que el 42% de ese total corresponde al episodio final, titulado Full Nelson. Es decir, casi la mitad de la audiencia se concentró en su desenlace, mientras que el resto de los capítulos apenas rozaron los 15 millones de minutos cada uno. En otras palabras: hubo interés, sí, pero también cierta pérdida de fuelle durante la emisión.
La retención de audiencia del Pacificador
Este dato, sin embargo, no debe tomarse como una sentencia definitiva. Nielsen solo mide las visualizaciones en televisores estadounidenses, sin contar tablets, móviles ni visionado internacional. Y en un panorama de consumo tan fragmentado como el actual, eso puede dejar fuera a buena parte de la audiencia real.
Aun así, el contraste con otras series es significativo. En esa misma semana, Monster: The Ed Gein Story (Netflix) arrasó con 2.3 mil millones de minutos, mientras que Love is Blind alcanzó 1.1 mil millones. En comparación, los números de Pacificador son modestos, aunque suficientes para convertirse en la primera serie de DC en HBO Max que logra entrar en el Top 10 de Nielsen, algo que ni Harley Quinn ni Creature Commandos habían conseguido.
Desde su estreno, Pacificador ha sido uno de los proyectos más personales de James Gunn, que además de escribir y dirigir varios episodios, ha usado la serie como puente entre el antiguo DCEU y el nuevo DC Universe (DCU) que está construyendo junto a Peter Safran. En ese sentido, la segunda temporada servía tanto como cierre de ciclo como preludio para Superman: Man of Tomorrow, la primera gran película del nuevo universo compartido.
Sin embargo, las críticas no fueron tan unánimes como en la primera temporada. Aunque los primeros episodios recibieron elogios por mantener el tono irreverente y políticamente incorrecto que caracteriza al personaje de Chris Smith (John Cena), el final dividió a los fans por su tono más dramático y un giro de guion que no terminó de convencer.
El giro del Pacificador en el DCU
Aun con sus altibajos, Pacificador sigue siendo una rareza dentro del género superheroico. En un momento en que la mayoría de producciones de cómics buscan expandir universos o alimentar franquicias, la serie de Gunn mantiene su enfoque en lo humano: un tipo violento, emocionalmente roto y tan ridículo como entrañable, que intenta encontrar redención a su manera.
La banda sonora ochentera, los diálogos cargados de sarcasmo y las secuencias de acción desvergonzadas siguen siendo su sello de identidad. Pero esta vez, parece que el público no ha respondido con la misma pasión. Puede que el cansancio superheroico haya pasado factura, o que la competencia con gigantes como Netflix haya dejado poco espacio para brillar.
Aun así, llamar fracaso a Pacificador 2 sería injusto. En un ecosistema saturado, mantenerse en la conversación ya es una victoria. HBO Max ha logrado que la serie tenga una base fiel, y el personaje de Cena continúa siendo una de las piezas más reconocibles del nuevo DCU. Si algo ha demostrado Gunn, es su capacidad para resucitar personajes menores y convertirlos en iconos pop.
Y si esta segunda temporada ha servido para cerrar un capítulo y abrir la puerta al futuro del universo de DC, entonces puede que su mayor éxito no esté en los números, sino en el camino que ha ayudado a construir.


