Un clásico de Las Tortugas Ninja vuelve del más allá y no de la forma que esperabas
El regreso imposible del Ujigami
El cómic de Gene Luen Yang y Freddie E. Williams II mete el turbo cuando los hermanos siguen la pista hasta Baxter Stockman, habitual creador de líos tecnológicos desde los tiempos del VHS. La aparición de Stockman hace que también entren en escena los Ghost Boys buscando venganza, y lo que se monta allí es una batalla a tres bandas que ni en los mejores crossovers de los 90.
Todo apunta al desastre absoluto para los hermanos… hasta que hace acto de presencia un misterioso mutante con cabeza de jabalí que se presenta como el Ujigami, un “espíritu protector” según la tradición japonesa. El nombre ya deja caer que aquí hay algo más profundo, pero lo que no ve venir ni Michelangelo con sus chistes es la identidad real del recién llegado.
Porque sí: el Ujigami es Splinter. Vivo. Mutado. Enmascarado. Y más contundente que nunca.
Un padre resurrecto y con secretos
En la continuidad de IDW, el maestro había sacrificado su propia vida para resucitar a Shredder, evitando que una fuerza todavía peor controlara su alma. Desde entonces, Splinter había seguido en modo fantasma observador, sin capacidad para intervenir más allá de algún susurro espiritual. Pero su retorno físico no es precisamente limpio: aparece confuso, desorientado y con un aspecto mutado que incluye una máscara mágica cuya procedencia todavía es un misterio.
Lo que esto significa para el futuro de Las Tortugas Ninja
Este Splinter-Ujigami podría evolucionar hacia un mentor renovado… o convertirse en un adversario impredecible si su estado mental no mejora. Que aparezca matando a un líder criminal ya deja claro que su brújula moral no está exactamente calibrada. Y mientras tanto, los Ghost Boys y Stockman siguen siendo piezas activas en un tablero donde lo mágico, lo mutante y lo mafioso se mezclan como si fuera martes en Manhattan.
Lo que está clarísimo es que TMNT #13 marca un antes y un después en la etapa de IDW: un renacimiento que huele a tragedia, a redención y a ese caos adorable que solo las Tortugas pueden ofrecer.


