miércoles, abril 24, 2024

Reseña de Wonder Woman: Tierra muerta. Libro uno

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Panini

Diana de Themyscira, el nombre de una leyenda. Aquella que decidió abandonar su hogar y convertirse en una llama de esperanza, inquebrantable en la fe de que el ser humano, más allá de la ambición, es capaz de sobreponerse a las sombras de su naturaleza. Con esta creencia se ha enfrentado a mil peligros, poniendo la vida en riesgo, dejándose la piel en cada golpe recibido, por salvar de decenas de amenazas un mundo que, según sus creencias, siempre merece otra oportunidad.

Daniel Warren Johnson, DC Black Label, Tierra Muerta, Wonder Woman
El volumen uno de Wonder Woman: Tierra Muerta

Así hemos conocido a Wonder Woman, una luz que guía en la más profunda oscuridad, incluso cuando parece que todo está perdido. Sin embargo, vivimos tiempos tambaleantes, de incertidumbre y falta de perspectivas, e incluso las heroínas pueden ver los cimientos de su cruzada resquebrajarse como simple barro al sol. Entre otras muchas fantásticas ideas, este concepto de Diana enfrentada a un espejo perverso de su propia realidad es la base sobre la que el imaginativo autor Daniel Warren Johnson sostiene ‘Wonder Woman: Tierra muerta‘, reimaginación de la esencia de la princesa guerrera de Themyscira. Historia repleta de acción, mezcla de géneros bastante potente, en la que vemos a Wonder Woman lanzada hacia un futuro yermo, sometido a las más salvajes leyes de la supervivencia y la humanidad reducida a un grupo de despojos hambrientos y sin esperanza.

Las cenizas del planeta

Daniel Warren Johnson construye un escenario brutal sobre el que colocar a los personajes. Las consecuencias de una guerra ya olvidada permanecen sobre el planeta como una herida abierta, al borde del colapso y casi incapaz de albergar vida. En este contexto, Diana retorna de un larguísimo letargo. No recuerda que ocurrió para quedar confinada en una especie de animación suspendida. Sus poderes se encuentran mermados, y todo lo que la rodea es extraño y hostil. Nada queda de la sociedad humana que conoció antaño, y de los escombros han surgido monstruosidades mutantes que hacen imposible sobrevivir fuera de improvisados refugios, regidos con puño de hierro por implacables caciques con muy poca consideración por las vidas ajenas.

Parece que las distopías futuristas son un buen caldo de cultivo para que los autores de turnos puedan jugar con los personajes de siempre desde puntos de vista distintos a los habituales. De hecho, casi que se ha convertido en un subgénero bastante presente en el mundo editorial, y creo que no soy el único que tuerce el gesto cuando llegan a sus manos este tipo de propuestas. Ya me han vendido la cantinela de la subversión del concepto decenas de veces, y en la mayoría el resultado no pasa de gamberrada simpática o sublimación de fantasías personales del autor de turno. Sí, admito que, en principio, Tierra Muerta no me llamaba en absoluto la atención, más allá de particular estilo sobre el tablero de Warren Johnson.

Daniel Warren Johnson, DC Black Label, Tierra Muerta, Wonder Woman
Diana contra un mundo implacable

Madre mía, como me gusta que me cierren la boca.

El resultado de Tierra Muerta es, en todos los aspectos, uno de los mejores títulos con un superhéroe de reclamo en la portada de los últimos años. Tiene esa extraña virtud de ser algo distinto, un paso hacia delante, y al mismo tiempo ser totalmente respetuoso con la leyenda que conlleva Wonder Woman. Porque la Diana que vemos en las viñetas de este cómic es nuestra Wonder Woman. Guerrera, líder, abnegada defensora de causas imposibles. Y al mismo tiempo, encuadrada en la dureza de este páramo salvaje, es humana, con fisuras en el espíritu indomable que la empuja a continuar más allá de los límites, enfrentada a situaciones que la superan, y, finalmente, obligada a afrontar fantasmas del pasado, esa negrura en el alma que siempre ha combatido.

Porque el entorno en el que se desarrolla esta aventura es algo por encima del simple escenario. Es tan terrible y malsano que se adentra en lo profundo del alma, corrompe el último resquicio de humanidad de aquellos que han tenido la maldición de nacer y vivir entre el polvo y las cenizas. Diana lo descubre en cada paso del infausto viaje que propone para ella Warren Johnson, hasta el punto de que esa luz, el espíritu de superación y fe en el mañana son puestos en entredicho. Se ve obligada a mirar de frente a la nada, que es lo que queda de el mundo que ella conoció, que apenas pervive en su recuerdo. Los pilares que la convirtieron en mito se tambalean bajo sus pies.

Tierra Muerta es todo lo promete. Lo tiene fácil para caer en el efectismo simplista, y es cierto que hay momentos que lo roza, pero la construcción del contexto es tan potente y el tratamiento de la heroína impecable, que finalmente tenemos ese cómic de esencia adulta tan buscado por muchos autores (que se estampan contra la realidad y la inoperancia la mayoría de las veces) resuelto de manera convincente sin olvidar, además, que esto es una aventura de superhéroes.

Un autor en auge

El que conoce a Daniel Warren Johnson de otras propuestas sabe que este tipo es pura pasión, y que es un enamorado de la acción desatada, la ultraviolencia y los bichos enormes y monstruosos. De eso tenemos a toneladas en las páginas de Tierra Muerta. Tras el concepto de ciencia ficción tenemos el homenaje nada velado a la espada y brujería, entorno que sienta de maravilla a Diana, proveniente del cosmos mitológico. No es ajena a las criaturas extrañas y los mandoblazos, y se adapta sin problemas a la sociedad pre tecnológica resultante del desastre planetario. El trazo feista y rudo del guionista y dibujante es espectacular, de una libertad visual de primer orden, y además tiene capacidad narrativa de sobra para jugar con la disposición de la viñeta, con las impresionantes ilustraciones a página completa, con la recreación de escenarios decadentes y el movimiento de sus personajes. Encuentro de diferentes escuelas (del manga al estilo europeo, que aquí se ve a Frank Miller, Otomo o Moebius, por poner referentes claros), pocas cosas tan excitantes, desconcertantes y completas vais a ver editado este año.

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Extraña en un mundo que no es el suyo

‘Wonder Woman: Tierra Muerta’, está destinado a ser un clásico. La madurez no está reñida con el sentido del del espectáculo, y los equilibrios entre el escenario externo y el mundo interior de Diana hacen que la historia conecte de manera inmediata con el lector. Lo único malo que puedo decir de este volumen es que nos deja a medias, deseando conocer el final de este camino de redención no solo para una heroína que de repente se ve falible y perdida; Tierra Muerta es la historia de redención de un planeta entero. Contando los días, pues, para leer el segundo volumen de esta impactante propuesta.

Wonder Woman: Tierra muerta, libro uno, recoge los dos primeros números de la serie dibujada y escrita por Daniel Warren Johnson. Se encuadra dentro del sello Black Label de la propia DC, y esto implica una cuidada edición en tomo de tapa dura, que incluye las portadas de la publicación original. Por el timo de volumen recuerda más a un álbum europeo que a un cómic book, pero hay que reconocer que el estilo sienta muy bien a las intenciones de la obra. Por 14, 95 euros, 96 páginas de puro espectáculo que podrás encontrar en tu librería favorita

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CRÍTICA

Guion
Dibujo
Edición

RESUMEN

Demostración de poderío visual por parte de Daniel Warren Johnson, uno de los autores más en forma de la actualidad

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