El siglo XXI comenzó en 2001, como el clásico de las películas de ciencia ficción, pero no todas las cintas del género han sido tan buenas
La ciencia ficción empuja nuestra imaginación más allá de la realidad, pero las historias del género solo funcionan si no hay nada que arruine la ilusión. En ese caso no hay ninguna píldora de colores que podamos tomar para recuperarnos. Las peores películas de ciencia ficción se olvidan de ser entretenidas, se olvidan de cómo hacernos maravillar y, lo peor de todo, nos hacen cuestionar nuestro amor por el género.
La mala ciencia ficción puede confundir lo que significa contar una historia épica, hinchándose con personajes innecesarios, una construcción del mundo desordenada y tramas incoherentes. Sin una lógica interna coherente, las victorias parecen innecesarias, mientras que el público se siente frustrado por preguntas que no debería plantearse.
Hoy os traemos cinco de las peores películas de ciencia ficción de los últimos 20 años, incluyendo lo que salió mal (cuando podemos decirlo), y lo que deberías ver en su lugar.
After Earth (2013)
El nepotismo es un hecho poco llamativo de Hollywood, hasta que sale mal. En After Earth, un decadente trozo de ciencia ficción pulp, Will Smith y su hijo Jaden interpretan a un padre y un hijo que parecen no haberse conocido nunca antes de cruzarse en los servicios de la nave espacial el primer día de rodaje. La trama es básica, rodeada de tópicos de ciencia ficción anticuados y malos nombres de personajes. Cypher Raige es un buen nombre en un juego de rol japonés. En After Earth, es un motivo de risa cada vez que se menciona.
M. Night Shyamalan puede ser acusado de muchas cosas, pero improvisar su trabajo no es una de ellas. Es un director dedicado a sus premisas, y sobresale en la creación de una sensación de atmósfera sombría. Pero aquí, el asiento del director podría haber sido ocupado por una almohada corporal de Geralt de Rivia. En lugar de eso, os proponemos Enemigo mío, de 1985: los mismos tópicos de supervivencia, pero con algo útil que decir sobre la empatía cultural.
Réplicas (2019)
Todo el mundo adora a Keanu Reeves, pero su historial con la ciencia ficción es estupendo o horrible, con poco término medio. Réplicas de 2019 entra en la última categoría. Es una película agotadora que hace que Johnny Mnemonic parezca buena. Comienza con las implicaciones bioéticas de la clonación, lo cual es genial para que la ciencia ficción explore. Por desgracia, la trama en sí es La decisión de Sophie mezclada con RoboCop 2.
No es una exageración. La familia de Keanu muere en un accidente y, como brillante neurocientífico que es, carga los mapas neuronales de su familia en cuerpos clonados. Todos excepto el más joven. Sin embargo, debido a un vago conocimiento del envejecimiento telomérico, el éxito tiene un temporizador. También hay una trama sobre la carga de cerebros en cuerpos de androides supersoldados, pero se destrozan una vez que se despiertan del procedimiento. Todo conduce de alguna manera a un final cínicamente feliz. Detén la película después del accidente de coche.
Terminator: Destino oscuro (2019)
La crítica eligió ser amable con Terminator: Destino oscuro. No deberían haberlo hecho. La sexta película de una franquicia que debería haber sido desechada por Skynet cuatro películas antes, es ligeramente mejor a expensas de las últimas cosas que la hicieron especial. Sí, es agradable volver a ver a Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger. Pero no así.
Después de otras cinco películas que idearon sus propias reglas de viaje en el tiempo y luego las rompieron todas, la línea temporal de ésta tiene aún menos sentido. La lucha de Sarah Connor por salvar el futuro de su hijo se tira por la ventana en favor del fanservice. Imagina una versión de Kill Bill en la que Beatrix Kiddo atropella sin emoción a su hija cuando va a comer tortitas en la cafetería que abre Pulp Fiction. Después, se reúne con Travolta y Sam Jackson. Ese es el nivel de pensamiento que se ha puesto en la trama de Destino oscuro.
Skyline (2010)
En 2010 se produjo un brote de cinematografía azul que cansaba los ojos, pero solo Skyline lo convirtió en un punto de la trama. Los rayos helados son la primera señal de que algo va mal, hipnotizando y abduciendo a los habitantes de Los Ángeles al amanecer. Nadie ha estudiado por qué tantas invasiones alienígenas comienzan en Los Ángeles: los extraterrestres podrían establecerse en Nebraska y limpiar las capitales del mundo antes del almuerzo del domingo. Está claro que el universo no nos envía a sus seres más brillantes.
Skyline es un recauchutado de los estereotipos de los brotes de zombis con un exterior de ciencia ficción. No hay nada interesante o inteligente en esta película, y no vale la pena preocuparse por ninguno de los personajes. Sí, se rodó en el mismo edificio en el que vive uno de los directores. Eso está bien. Pero eso confiere a los sucesos un carácter de uniformidad, sin ninguna emoción que dé sentido a esas paredes de aspecto familiar. La noche de los muertos vivientes encumbra los tópicos que esta película desperdicia: sáltate esta y ve la otra.
Transformers: El último caballero (2017)
En 1986, Hasbro cometió su primer error con respecto a la franquicia de Transformers cuando destrozó a los robots favoritos de todos en la gran pantalla. Los niños de la Generación X tienen un montón de recuerdos cinematográficos traumáticos entre los que elegir, pero ver cómo los colores brillantes de Optimus Prime se desvanecen en gris está muy por encima. Luego, en 2017, Michael Bay estrenó Transformers: El último caballero, demostrando una vez más que la gente se niega a aprender de sus errores.
En este punto, la franquicia de Transformers estaba en declive, y la continua difamación del personaje de Optimus Prime dolía más que su muerte. Un Transformer puede ser resucitado mediante una escritura inteligente o un Allspark ex machina, pero quitarle la fe inquebrantable a Optimus Prime fue una decisión desconcertante. El último caballero no mejora las cosas. Morgana le Fay es reimaginada como una hechicera robot llamada Quintessa, los caballeros del Rey Arturo están involucrados, y quienquiera que haya dado luz verde a la Orden de los Witwiccans debería pisar una pieza de Lego una vez al día.
