Los derechos de Iron Man volvieron a Marvel porque New Line Cinema, filial de Warner Bros., no quiso hacer una película del superhéroe por un curioso motivo
Hay una larga lista de fascinantes “¿que hubiera pasado si…?” en la historia de Hollywood, y en particular cuando nos referimos al género cinematográfico de las adaptaciones de cómic. Marvel eligió a Iron Man para dar el pistoletazo de salida al UCM y acertó, ya que la película recaudó más de 500 millones de dólares en todo el mundo, colocando a Marvel Studios en una posición privilegiada. Sin embargo, eso no habría pasado si New Line Cinema no hubiera perdido los derechos cinematográficos del personaje por un motivo bastante sorprendente.
Hubo un tiempo en el que los derechos cinematográficos de Marvel estaban mucho más dispersos que ahora, porque la editorial tuvo que venderlos para evitar la quiebra. Así fue como Sony compró a Spider-Man; 20th Century Fox consiguió a los X-Men, los 4 Fantásticos y Daredevil; Universal tenía a Hulk y Namor; y New Line tenía los derechos de Iron Man y Blade, realizando lo que fue una trilogía increíblemente popular del cazavampiros.
Según una fuente de The Hollywood Reporter, New Line (que, recordemos, es un estudio filial de Warner Bros.) optó por no seguir adelante con la película de Tony Stark porque Bob Shaye, que dirigía el estudio en ese momento, argumentó que “no tenía sentido porque su armadura era demasiado pesada para volar“. Aunque el proyecto ya estaba en las primeras fases de desarrollo, New Line dejó que los derechos expiraran. Marvel los readquirió en 2005, apostó por Robert Downey Jr., y hoy el UCM ha recaudado 27.400 millones de dólares en taquilla.
David Hayter, un guionista al que New Line contrató para desarrollar Iron Man a mediados de la década de 2000, arrojó más luz sobre el proyecto archivado durante una entrevista de 2018 con The Hollywood Reporter.
“Fue una situación bastante insólita, y en cierto modo daba la sensación de que estaban desarrollando el argumento por mucho menos de lo que les costaría normalmente hacerlo”, explicó Hayter, que escribió las dos primeras películas de X-Men en 2000 y 2003, así como Watchmen en 2009. “Pero nos pagaron y luego me contrataron al final para escribir el guion, así que fue genial. Estuvo muy bien”.