La línea Marvel Must Have de Panini recupera con Tormento un icono de los cómics de los noventa, siendo una de las obras más conocidas de Spiderman y de su autor Todd McFarlane.
Los años noventa fueron un varapalo para el mundo del cómic, pese a la batmanía desatada tras la inauguración en los cines del Batman de Tim Burton y el auge inicial de las ventas de cómics de las diferentes editoriales ligado a este fenómeno, el mundo del noveno arte fue cayendo en declive, salvo honrosas excepciones.
La cultura dominante del mundo de los cómics acogió a nuevos autores, con nuevas ideas y un dibujo mucho más arriesgado y abigarrado, que los autores clásicos. Marvel impulsó la llegada de estos nuevos autores como McFarlane, Lee o Liefeld, acuciada por las deudas monetarias y, obviamente o consecuentemente de la anterior, por las artísticas.
Spiderman, uno de los personajes más conocidos de la Casa de las Ideas o, quizá, el más conocido de todos no fue una excepción y la expectativa que generó en los lectores, en una época en que no existía internet, fue muy alta. Esta expectativa se vio acompañada de una gran especulación por el interés que despertaba el primer número de la colección Spider-Man con guion y dibujo del artista canadiense, haciendo de él un éxito de ventas sin parangón –la calma que precedió a la tormenta-.
Lo importante es el aspecto, no el contenido
Aunque es cierto que una buena presentación, con una gran portada, hace que un cómic destaque por encima de otros en las estanterías, la simple estética no hace de ellos un canon en el medio. De este modo, Spiderman: Tormento, así como otros cómics contemporáneos, adolecían de un buen guion o este era simplemente un burdo hilo conductor de dibujos espectaculares.
Los dibujos de Spiderman firmados por McFarlane muestran al trepa muros con poses insólitas e imposibles, donde las telarañas son góticas y densas, con mil detalles innecesarios, pero espectaculares e impactantes, resaltando las notas de color sobre un fondo oscuro inverosímil y con un Peter Parker y su álter ego, al igual que otros muchos personajes, hipertrofiados e hipersexualizados.
En la Edad Oscura del cómic, la violencia banal, los exabruptos y palabrotas de los héroes utilizados sin sentido alguno, las acciones insulsas –como el guion- y poco heroicas de los superhéroes, fueron en canon en esa época, por lo que en Tormento se sigue con esa hoja de ruta de simplicidad en los diálogos, pero con la omnipresente onomatopeya DOOM-DOOM-DOOM, a lo largo de varias de las viñetas.
El reemplazo de Kraven el Cazador
En la obra La última cacería de Kraven, también presente en la colección Marvel Must Have, Kraven se configura como uno de los archienemigos del superhéroe arácnido, una némesis a la altura de Spiderman, con un buen soporte argumental y dibujo, que la ha convertido en un verdadero es necesario tener, para los seguidores del trepa muros, marvelitas y lectores del cómic en general.
En Tormento, el personaje de Kraven es sustituido por una hechicera, aunque se pueda ver a Kraven a lo largo de la historia, que no le llega ni a los tobillos. Esta mística llamada Calipso, consigue hechizar al Lagarto a quien domina para atraer a Spiderman, en su empeño de acabar con los ataques contra los sufridos ciudadanos de Nueva York.
Las escenas que se suceden a partir del primer encuentro con el Lagarto, salvo el dibujo, apenas aportan nada, porque los diálogos son vacuos, las peleas absurdas, las situaciones y los personajes son forzados, las ideas y giros de guion son inexistentes, el desarrollo, nudo y desenlace son meras elucubraciones que no aportan nada, dando pie a una historia insulsa, que no va más allá del simple entretenimiento.
En este cómic Spiderman no es él, es un forzudo con anabolizantes repartiendo estopa como si fuese Harry el Sucio; Mary Jane es una mera pose, Peter Parker es un estorbo para la historia y los villanos son psicópatas de manual sin sentido alguno. A partir de ahí solo hay violencia gratuita y sin sentido, incluyendo los mordiscos a ton ni son del Lagarto, para hacer la escena más gore en una oscuridad metida con calzador.
¿Must have?
En esta hiper violenta historia con un Spiderman tergiversado, amoral y más próximo a los villanos que a los héroes, Todd McFarlane hizo suyo para esta obra el conocido “Vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver” que enunció John Derek, en 1949, en la película Llamad a cualquier puerta, donde compartía protagonismo con otro icono como fue Humphrey Bogart.
“Vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver”
John Derek
En definitiva, aunque no sea uno de los mejores cómics de tu amistoso vecino, Spiderman: Tormento es una obra visualmente rompedora con la época anterior y un claro ejemplo de las historias noventeras, donde la forma importa, pero no así el contenido. Bien es cierto que este Spiderman de Todd McFarlane es uno de los más conocidos, no en vano fue un superventas.
Marvel Must-Have. Spiderman: Tormento
La sangre corre por la Gran Manzana. Spiderman se sumerge en la oscuridad mientras persigue a El Lagarto por las calles y alcantarillas de la ciudad, tratando de poner fin a la pulsión homicida que deja a su paso.
Pero ¿quién está controlando a El Lagarto? ¿Es una respuesta que Spiderman está preparado para conocer? ¿O será tan impactante que hará que incluso el héroe más valiente cuestione su cordura? Descubre la primera historia dibujada y escrita por el famoso y comercial Todd McFarlane.