La ciencia ficción y su fijación por películas de larga duración
Los amantes de la ciencia ficción, especialmente aquellos que ya peinamos alguna cana, saben muy bien que en ocasiones las películas de este género tienen una duración que excede los límites de lo saludable en términos cinematográficos.
A veces esto puede ser beneficioso, pero en otras ocasiones resulta ser un error por parte de los responsables de la película, ya que sacrificar calidad en favor de una mayor cantidad de horas no siempre es bien recibido por todo tipo de audiencia.
Directores como Ridley Scott, James Cameron o Christopher Nolan incluyen en su filmografía películas notoriamente largas, algunas de las cuales fueron éxitos rotundos, mientras que otras se convirtieron en desastres de taquilla (aunque no necesariamente en términos de recepción por parte del público en la mayoría de los casos).
Hoy os traemos 5 películas de ciencia ficción cuyo extenso metraje les ha traído más problemas que beneficios.
Metrópolis
Dirigida por Fritz Lang en 1927, Metrópolis es una película de culto para los amantes de este género. Podría considerarse una de las producciones más importantes de la historia de este género, pero son pocos quienes la han visto. Esto se debe, en parte, a que está tremendamente anticuada, pero también a su duración de 2 horas y 33 minutos. Esto no es algo exclusivo de Metrópolis, ya que películas como “Los 7 Samuráis” de Akira Kurosawa también son excelentes filmes, pero su duración y antigüedad hacen que pocos estén dispuestos a dedicarles el tiempo que sin duda merecen.
2001: Una odisea del espacio
Considerada por muchos la madre de todas las películas de fantasía científica, 2001: Una odisea del Espacio fue aclamada por crítica y público y su director, Stanley Kubrick, considerado un maestro del genero. Sin embargo de nuevo nos encontramos con el mismo problema que con Metrópolis, su duración.
Sus casi 2 horas y 20 minutos, sumado a elementos del cine de la época que no han envejecido muy bien y al gusto de Kubrick por alargar planos más allá de lo razonable, hacen de esta película una joya incomprendida por las nuevas generaciones, que podrían estar dejando pasar la oportunidad de disfrutar de un elemento clave para entender el cine futurista moderno.
Blade Runner 2049
Denis Villeneuve dirigió en 2017 la secuela de la aclamada Blade Runner. Otra que podría entrar en este ranking, aunque por motivos diferentes. Esta segunda parte, que recuperaba personajes de la cinta original y expandía su universo de una forma muy efectiva, fue bien recibida por la crítica en general, pero a la hora de buscarle un pero, todos coincidían en lo mismo. Incluso el director de la película original, Ridley Scott, opinaba que su duración (2 horas y 43 minutos) era más que excesiva. Aunque a este humilde servidor vuestro le pareció hasta corta. Cuestión de gustos supongo.
Dune
La película protagonizada por Timothée Chalamet y dirigida (de nuevo) por Denis Villeneuve llegaba para comerse el mundo en 2021. Pero el director canadiense volvió a pecar de lo mismo que ya le ocurriese con Blade Runner 2049, una duración que el espectador no terminó de saber encajar.
Dune tiene una duración de 2 horas y 35 minutos, lo que puede desalentar de inmediato a los espectadores casuales. Esta película está diseñada para los fanáticos acérrimos de la ciencia ficción, con escenas que se toman todo el tiempo necesario para describir el desierto desolado, las tecnologías singulares y las crecientes rivalidades políticas. La complejidad del filme justifica su duración, aunque eso haga que las críticas recaigan especialmente en el ritmo de la cinta.
El atlas de las nubes
El atlas de las nubes se ha convertido en una obra maestra moderna y un clásico infravalorado por gran parte del público. Bajo la dirección de Lana Wachowski, Tom Tykwer y Lilly Wachowski, esta película reunió a un elenco estelar y se propuso adaptar la increíblemente poderosa pero densa novela de David Mitchell.
La adaptación cinematográfica de El atlas de las nubes logró con éxito llevar esta narrativa expansiva a través del tiempo, desde las páginas de la novela hasta la gran pantalla. Sin embargo, pasó prácticamente desapercibida. Esto se debe en gran medida a su duración de 2 horas y 52 minutos. Una cantidad de tiempo que no todo el mundo quiso o supo afrontar.
Que la duración no te prive de la experiencia
Como hemos visto, es cierto que la duración de una película puede ser un lastre en sus aspiraciones por llegar a una gran cantidad de público. Pero que esto no nos desanime. Hay muchas joyas ahí fuera que duran más que un hormigueo de piernas tras llevar varios minutos sentados en el excusado que merecen la pena ser descubiertas. Solo tenemos que dedicarles algo de tiempo y seguro que no acabaremos decepcionados. A no ser que veáis “Cabeza borradora” de David Lynch. Tres veces la he visto y aun no sé por qué. Si os animáis a verla (esta o cualquier otra de la lista) decidnos que os han parecido.