Entre risas y retos, Shawn Levy confiesa las dificultades de grabar Stranger Things con un reparto que no deja de crecer
“En Hawkins, Indiana, el tiempo no perdona. Y no hablo de esa dimensión paralela llena de monstruos, sino del mundo real, donde los protagonistas de Stranger Things libran una batalla muy distinta: contra el implacable avance de los años. Shawn Levy, director y productor ejecutivo de la serie, entre bromas y gestos cómplices, reveló en una entrevista reciente para Wired el desafío que supone el parón en la producción de la quinta temporada.
Como una olla a presión en suspenso, el set de Stranger Things aguarda mientras la huelga de SAG-AFTRA sigue su curso, con actores en pie de lucha por una remuneración justa. Levy bromea sobre la edad de los actores con una expresión que bien podría sacarse de un guión de la serie: “Estos malditos niños, no hay forma de que frenen su proceso de envejecimiento”. Y es que desde que el primer episodio cobró vida hace ocho años, la brecha temporal entre actores y personajes no ha hecho más que ensancharse.
La carrera contra el tiempo llega a su fin
La ironía de un director rogando a sus estrellas que desafíen la naturaleza recuerda a esas tramas de ciencia ficción que tanto nos fascinan. Con la serie aún en el limbo, Levy despliega su ingenio: “Les supliqué que detuvieran su envejecimiento, pero al parecer la inteligencia artificial aún no puede lograr eso”. Una humorada que refleja una preocupación genuina por el realismo de una serie que ha cautivado a millones.
Mike, Eleven y Will, los niños que enfrentaron el Upside Down, ya no son tan niños. Sus contrapartes reales, Finn Wolfhard, Millie Bobby Brown y Noah Schnapp, se pasean ya por los 20 años, mientras que sus personajes apenas rozan los 15. La última temporada los dejó en marzo de 1986 y, si las predicciones no fallan, podríamos ver un salto en el tiempo de hasta tres años para alinear ficción y realidad.
El dilema de la edad no solo concierne a los más jóvenes del elenco. Joe Keery (Steve), Natalia Dyer (Nancy) y Charlie Heaton (Jonathan) enfrentan una discrepancia similar, aunque al menos en sus casos, el maquillaje y el vestuario podrían ser aliados más efectivos.
El tiempo en Stranger Things es, más que nunca, un enemigo formidable. No estamos hablando de un Demogorgon que se puede derrotar al final del episodio. Aquí, cada minuto cuenta, y cada retraso en la producción podría significar un cambio drástico en cómo los fans perciben a sus personajes favoritos.
Mientras tanto, los fans esperan, con un ojo en el calendario y otro en las noticias, deseosos de volver a sumergirse en las aventuras de Hawkins, con la esperanza de que la próxima temporada no solo cierre la historia, sino que también ofrezca un sentido homenaje a esos ‘niños’ que crecieron frente a nuestras pantallas. Lo que si está claro es que la nueva temporada llegará en 2024, pero todavía no tenemos un marco claro del momento en el que podremos ver el fin de esta gran serie.
En la estrategia de juego de Stranger Things, la producción podría considerar un salto más significativo en el tiempo, pero siempre respetando el ADN ochentero que define la serie. A fin de cuentas, el show debe continuar, incluso cuando la realidad insiste en dirigir sus propios giros argumentales.
La quinta temporada de Stranger Things promete ser un fin de fiesta épico, y mientras las negociaciones en la mesa de SAG-AFTRA proyectan un halo de esperanza, Shawn Levy y su equipo están listos para el desafío: narrar una historia donde los años pesan, pero el espíritu aventurero permanece eterno.