Una vida entre viñetas de José Delbo: del Oeste argentino a los superhéroes de DC y Marvel
En un giro del destino que nos recuerda la finitud de la existencia, José Delbo, cuyo nombre resonaba con fuerza entre las páginas de los cómics de Wonder Woman y Transformers, nos ha dejado a la impresionante edad de 90 años. Su viaje, marcado por la tinta y el papel, abarca desde las llanuras argentinas hasta los vastos universos de DC y Marvel, dejando un legado que trasciende generaciones y fronteras.
Desde muy joven, Delbo demostró una pasión y un talento innegables por el arte secuencial. A los 16 años, inició su carrera profesional dibujando para “Pancho Negro”, un cómic western que se publicaba en su Argentina natal. Su trayectoria temprana estuvo marcada por la aventura y la búsqueda de estabilidad, llevándolo de Argentina a Brasil, y finalmente a Estados Unidos, escapando de la inestabilidad política de su país. En América, Delbo se sumergió en el género que le había dado su primer trabajo, contribuyendo con su arte a historias del Oeste para Charlton Comics, destacándose en “Billy the Kid”.
Un viaje de leyenda
El talento de Delbo no pasó desapercibido, y pronto su carrera tomó un nuevo rumbo hacia las adaptaciones de series televisivas para Dell Comics, ilustrando títulos como “The Big Valley”, “Hogan’s Heroes” y “The Brady Bunch”. Pero fue en la década de los setenta cuando Delbo se unió a DC , marcando el comienzo de una era dorada personal con la serie “Wonder Woman”, donde su arte definió una época para la amazona Diana Prince.
A través de los años, su capacidad para capturar la esencia de cada personaje lo llevó a trabajar en una variedad de publicaciones, desde “Superman’s Pal, Jimmy Olsen” hasta series emblemáticas como “Transformers” para Marvel, donde, junto a Simon Furman, creó “Brute Force”. Además de su destacado trabajo en “Thundercats” y “Captain Planet”, Delbo se convirtió en un mentor para futuras generaciones, impartiendo su conocimiento en The Kubert School antes de establecerse en Florida, donde continuó educando a jóvenes artistas en el arte del cómic.
La imborrable marca de Delbo
Entre las hazañas de Delbo en el vasto mundo del cómic, su capacidad para encarnar la esencia de personajes tan icónicos como a la mujer maravilla y los robots humanoides de Cybertron destaca como una verdadera manifestación de su maestría. No solo logró capturar la fortaleza y el espíritu de Diana Prince, sino que también trajo a la vida las complejas narrativas de ciencia ficción con una habilidad que pocos artistas poseen. Esta dualidad en su trabajo refleja no solo su versatilidad sino también su profundo entendimiento de géneros tan dispares como el superhéroe y la ciencia ficción, marcando una era en cada uno de ellos.
Además, la transición de Delbo desde el dibujo tradicional hasta el arte digital y los NFT evidencia su incansable búsqueda de nuevas formas de expresión artística. Al aventurarse en el mundo digital, no solo se mantuvo relevante en una industria en constante cambio, sino que también inspiró a artistas de todas las edades a explorar nuevas fronteras creativas. Su legado, entonces, no se limita a sus contribuciones al cómic tradicional, sino que se extiende a ser un pionero en el arte digital, demostrando que la pasión por crear no conoce de límites ni de edades.
El legado de un pionero
En sus últimos años, Delbo exploró nuevas fronteras en el arte digital, sumergiéndose en el mundo de los NFTs y demostrando que la innovación no tiene edad. Su incursión en esta nueva forma de arte coleccionable digital no solo amplió su audiencia sino que también reafirmó su lugar como un visionario en el mundo del cómic.
La partida de Delbo es un recordatorio de la huella imborrable que un artista puede dejar en su campo. Su vida, una odisea creativa que comenzó en las páginas de historietas argentinas y se expandió a los vastos cosmos de DC y Marvel, es un testimonio de la pasión, la adaptabilidad y el ingenio.