el director de Thunderbolts* explica por qué enfrentarse a The Sentry no será como cualquier batalla en Marvel
Cuando Marvel anunció que Thunderbolts enfrentaría a sus protagonistas contra The Sentry, muchos fans soltaron un “¿cómo demonios van a vencer a ese tío?”. Y es que no hablamos de un villano cualquiera: hablamos de una fuerza casi divina, un personaje con el poder de mil soles y, para colmo, un alter ego oscuro llamado The Void que puede devorar mundos. Así que, claro, las dudas no tardaron en invadir las redes.
Pero ahora, el director Jake Schreier ha salido al paso para aclarar que la película no se centrará en un combate típico. En lugar de una lluvia de efectos especiales y destrucción masiva, Thunderbolts pretende jugar en un terreno mucho más emocional y psicológico. Y eso, en el UCM, es toda una apuesta arriesgada.
Thunderbolts*, más terapia que batalla campal
“La clave está en el conflicto interno”, ha dicho Schreier en una entrevista reciente. Y no lo dice solo por The Sentry, sino por todo el equipo. Porque aquí no hay Vengadores puros, hay antihéroes rotos, con traumas, dudas y cuentas pendientes consigo mismos. Y esa será precisamente la base para enfrentarse a un enemigo tan devastador.
The Sentry, también conocido como Bob Reynolds, es un personaje con una historia tan trágica como poderosa. Creado por Paul Jenkins, siempre fue concebido como una metáfora de la salud mental, y en palabras del propio Schreier, si van a ser fieles al personaje, tienen que jugar en ese terreno.
“Cuando tienes un personaje como Bob, sabes que eso es parte de la historia. Hablamos con Paul Jenkins, y siempre se pensó como una parábola sobre la salud mental.”
Ese enfoque aleja a Thunderbolts de la fórmula Marvel más tradicional. Aquí, en lugar de unir fuerzas para lanzar rayos o hacer explotar helicarriers, los personajes tendrán que enfrentarse a sí mismos, a su pasado, a su dolor… y encontrar sentido en medio del caos.
No es poca cosa cuando hablamos de un grupo donde cada uno arrastra un historial nada limpio: Yelena, marcada por el legado de Natasha Romanoff; Bucky, con décadas de remordimientos como Soldado de Invierno; Red Guardian, intentando revivir una gloria que nunca tuvo; Ghost, luchando contra su propia inestabilidad molecular; y Taskmaster, con una identidad fragmentada.
Una apuesta diferente para el universo Marvel
Jake Schreier insiste en que no se trata solo de dar discursos profundos entre explosiones. El conflicto interno también tendrá una representación visual potente, con escenas que dramatizan esa lucha interior en pantalla. Vamos, que no todo será introspección silenciosa.
“Queríamos encontrar una forma visual y narrativa de acción para dramatizar esa internalidad.”
Y esto podría explicar por qué Thunderbolts está levantando tantas expectativas y siendo descrita como una de las entregas más diferentes del UCM hasta ahora. Un equipo disfuncional, un villano casi invencible, y una historia más cercana al drama psicológico que al clásico blockbuster de superhéroes.
Además, la película no ha mostrado mucho en los tráilers. The Sentry y The Void solo han aparecido en merchandising, lo cual ha alimentado todavía más la intriga. Y con el embargo de críticas levantándose justo un día antes del estreno, todo apunta a que Marvel está apostando por el factor sorpresa.
Un elenco potente y una historia de redención
El reparto lo tiene todo para brillar. Florence Pugh vuelve como Yelena Belova, Sebastian Stan sigue profundizando en la oscuridad de Bucky, David Harbour promete un Red Guardian más humano que nunca, y Wyatt Russell encarna al U.S. Agent con sus dilemas morales a flor de piel. A ellos se suman Hannah John-Kamen, Olga Kurylenko, Julia Louis-Dreyfus y Lewis Pullman como ese enigmático “Bob”.
Con guion de Eric Pearson, Lee Sung Jin y Joanna Calo, y una dirección más personal de lo habitual para Marvel, Thunderbolts se estrenará en cines el 2 de mayo de 2025. Y todo apunta a que no será una más del montón.
Al final, lo que Thunderbolts parece plantear es una pregunta incómoda pero necesaria: ¿qué pasa cuando el enemigo más peligroso está dentro de uno mismo? En un universo donde los puñetazos y los rayos suelen solucionar las cosas, esta película promete algo diferente. Y quizás, por eso mismo, tan necesario.
