Bullseye demuestra que ni siquiera la piel de roca de La Cosa es garantía de invulnerabilidad total contra él

Las debilidades de La Cosa que Bullseye ha sabido explotar
En un principio, La Cosa se ríe del intento. ¿Un tipo con cuchillas y estrellas ninja contra su piel de roca? Parece un chiste. Pero ahí está el giro: Bullseye no intenta romper lo irrompible, sino apuntar a lo vulnerable.
Los verdaderos puntos débiles de La Cosa
Ojos y boca: lo único “humano” que le queda a Ben Grimm. Mientras que su cuerpo es pura roca cósmica, sus ojos y el interior de su boca siguen siendo tejidos normales. Bullseye, con su puntería sobrenatural, aprovecha un descuido para lanzarle una cuchilla directamente al ojo. No logra dejarlo ciego, pero sí lo ralentiza. Y cuando Ben intenta responder con una amenaza verbal, otra cuchilla vuela directo a su lengua.
¿Qué lecciones deja este enfrentamiento?
Aunque Bullseye no logra vencer a La Cosa, sí consigue cabrearlo lo suficiente como para ganarse un puñetazo que lo deja K.O. Pero el mensaje está claro: si un villano con recursos limitados como Bullseye puede hacer tambalear a Ben Grimm, ¿qué podría hacer alguien más peligroso con esa información?
Esto abre la puerta a nuevas formas de amenaza para La Cosa, y redefine la forma en que los villanos podrían enfrentarse a él en el futuro. ¿Y si alguien va más allá de un corte en la lengua o una punzada en el ojo? ¿Y si esos puntos débiles son usados en un combate estratégico por alguien como el Doctor Doom?
¿Por qué este número es especial?
La narrativa de Tony Fleecs consigue equilibrar el humor característico de Ben con un toque dramático que funciona muy bien, mientras que el arte de Justin Mason resalta tanto la acción como las expresiones, incluso en un rostro hecho de roca. La viñeta del golpe final, ese glorioso “¡Es hora de los mamporros!”, es puro Marvel clásico.
¿Qué puede significar esto para el futuro de los Cuatro Fantásticos?
Además, con la próxima película de Los 4 Fantásticos en el horizonte dentro del UCM, no sería raro que guionistas y directores se inspiren en este tipo de historias más personales para darle mayor profundidad al personaje. No todo es fuerza bruta. A veces, la debilidad más pequeña puede cambiar el curso de una batalla.