“Si quisiera ser Iron Man, ya tiene el plano”, continuó Hodge. “Pero ella quiere escribir su propia historia, con su propio traje y trayecto en el MCU”. Y eso, a nivel narrativo, abre la puerta a una nueva generación de héroes que no dependen de los antiguos Vengadores para brillar.
Esto no significa que el espíritu de Stark esté ausente, pero más bien actúa como un eco lejano, un referente que inspira sin encadenar. Riri no viene a ocupar un trono vacío, sino a construir uno nuevo.
Eso implica que no solo veremos armaduras voladoras y tecnología imposible, sino también una lucha muy real por encontrar identidad, lidiar con la presión y madurar sin perder el alma por el camino.
Es un giro refrescante que se suma a otras propuestas más personales dentro del UCM, como Ms. Marvel o Hawkeye, que han puesto el foco en héroes jóvenes con mucho que demostrar.
Aunque Ironheart no busca reemplazar a Tony, sí representa el espíritu de una nueva era Marvel. Una era donde los héroes no heredan trajes, sino que se los ganan a pulso. Riri no será la nueva Iron Man, y sinceramente, no la necesitamos en ese rol. Lo interesante es verla ser ella misma, con errores, aciertos y un corazón de hierro que no necesita el sello Stark para brillar.