Todo arranca con la muerte de T’Challa como anciano rey, y de ahí viajamos por una narrativa que mezcla pasado, presente y futuro. Lo más llamativo no es solo su fallecimiento, sino quién aparece para tomar su lugar. Y no hablamos de una versión alternativa o un personaje nuevo cualquiera… sino de su propio hijo.
La elección de Ketema como sucesor tiene múltiples capas
Por un lado, encaja con la complejidad narrativa que Priest ha explorado durante décadas. Por otro, juega con fuego en un tema sensible: la representación racial en uno de los personajes más icónicos del cómic afroamericano. Y para quien no lo recuerde, el traje original de Black Panther fue modificado en los 60 para tapar su rostro completamente, ya que los distribuidores temían mostrar a un personaje negro en la portada de Fantastic Four #52. Ironías del destino: hoy, en 2025, el nuevo Black Panther también lleva el rostro oculto, pero por razones muy distintas.
Christopher Priest, autor fundamental en la redefinición del personaje a finales de los 90, vuelve a poner a Black Panther en el centro del huracán. Y no es casualidad. Priest no esquiva la controversia, la provoca. Ya ha dejado caer que esta historia podría “cancelarle”, aunque viendo su historial —y su talento—, está claro que su intención no es destruir a Black Panther, sino forzarnos a repensar qué significa ese símbolo hoy en día.