El final feliz que El juego del calamar casi tuvo y que su creador decidió enterrar para siempre

Panini

Hwang Dong-hyuk confiesa que Gi-hun pudo haberse salvado con otros personajes, pero el mundo real cambió su guion

Cuando El juego del calamar estrenó su tercera y última temporada, muchos pensaban que ya conocían el destino inevitable de Gi-hun. Pero resulta que todo pudo haber acabado muy diferente. Según ha revelado recientemente el creador de la serie, Hwang Dong-hyuk, hubo un guion alternativo en el que no solo Gi-hun salía con vida… sino que lo hacía en compañía de varios personajes clave. ¿Por qué entonces nos dejaron con un nudo en el estómago? La respuesta, como siempre en esta serie, es más profunda de lo que parece.

En una entrevista con Vanity Fair, Hwang explicó que en los primeros borradores contempló un cierre más luminoso: “Pensé en un final donde Gi-hun logra salir del juego y viaja a EE. UU. para ver a su hija. Era un desenlace feliz”. Pero las circunstancias del mundo real, las reflexiones sobre el capitalismo y una necesidad narrativa más potente hicieron que ese final nunca viera la luz.

Final original de El juego del calamar

Hwang reveló que hubo dos versiones principales del final de El juego del calamar. Una de ellas incluía una intervención de la policía liderada por el detective Jun-ho, que encontraría la isla antes de que terminara el juego. En esa versión, varios personajes sobrevivían, incluyendo —posiblemente— al bebé, sugiriendo un mensaje de esperanza frente a tanta brutalidad. Sin embargo, ese enfoque fue descartado.

No creo que me planteara seriamente otras opciones aparte de esas dos”, añadió Hwang, dejando claro que la decisión no fue fácil. Finalmente, optó por un cierre más sombrío, en el que Gi-hun se sacrifica y destruye el juego coreano, aunque el sistema global de los juegos macabros sigue funcionando en otros países.

Pero ojo, que la escena final de la temporada 3 no significa que venga un spin-off estadounidense. Hwang quiso dejarlo claro: su intención era mostrar que, aunque los juegos de Corea desaparezcan, el sistema sigue vivo y fuerte en otras partes del mundo, como una metáfora del capitalismo global. “Quería reflejar que el sistema no se desmantela tan fácilmente”, dijo. “Aunque destruyas una parte, la maquinaria sigue girando en otro lugar”.

La idea era mostrar una lucha que parece inútil, una batalla desigual contra un enemigo invisible, donde incluso el mayor sacrificio puede no ser suficiente para destruir la raíz del mal.

El juego del calamar

El juego del calamar nació como una crítica feroz a la sociedad moderna, y aunque su envoltorio sea el de un juego de supervivencia sangriento, su corazón siempre ha sido político y emocional. Hwang no ha escondido nunca que su obra es una gran metáfora sobre la desigualdad y el sufrimiento en el mundo actual.

De hecho, aunque descartó el final feliz, el creador aún tiene planes para expandir este universo. Confirmó que hay otros proyectos en marcha, incluyendo una historia intermedia que narrará lo que pasó antes de la segunda temporada. Además, no descartó por completo la versión americana que David Fincher podría llevar a cabo. “Sería interesante de ver. Yo la vería el mismo día del estreno”, dijo entre risas.

Hwang Dong-hyuk y su visión del sistema

La decisión de eliminar el final alternativo refleja lo que ha sido siempre el motor de El juego del calamar: un espejo distorsionado de nuestra sociedad. Para Hwang, lo importante era generar conversación y no ofrecer una simple salida emocional. “Al empezar a escribir de verdad, me centré en lo que quería decir con esta historia, en qué mensaje debía enviar al mundo”, explicó.

El juego del calamar

Ese mensaje está claro: el sufrimiento, la explotación y la desesperación no son ficción, y aunque Gi-hun lo haya dado todo, el sistema sigue en pie, indestructible y cruel.

Personajes como Gi-hun o Jun-ho representan distintas formas de resistencia frente al horror. Gi-hun, el jugador 456, es el símbolo de la esperanza y el arrepentimiento, mientras que Jun-ho refleja la búsqueda de justicia dentro de una estructura podrida. Que ambos hayan sido considerados para sobrevivir en un final alternativo habla del deseo inicial de Hwang por cerrar la historia con redención. Pero ese tipo de redención, al parecer, no encajaba con la brutal honestidad de su crítica social.

El juego del calamar se puede ver completa en Netflix, incluyendo su tercera temporada, que marca el cierre definitivo de esta saga que ha cambiado la historia de las series coreanas. Y aunque no tengamos un final feliz, lo que nos ha dejado es mucho más potente: una reflexión brutal sobre el mundo en el que vivimos.

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