Fede Álvarez se baja de la secuela de Alien: Romulus pero asegura el regreso de sus protagonistas

Fede Álvarez explica por qué no repetirá en la silla, aunque seguirá marcando el rumbo de la saga

Cuando Alien: Romulus llegó a los cines, muchos respiraron aliviados. Fede Álvarez devolvió a la franquicia su atmósfera opresiva, sus personajes con los que empatizar y, sobre todo, la sensación de terror puro ante los xenomorfos. Sin embargo, el propio director acaba de confirmar que no repetirá como realizador en la próxima entrega, aunque su huella seguirá presente en el guion y en la producción.

Palabras del propio director

Álvarez lo deja claro: su intención siempre fue hacer una película, contar su visión y apartarse después, siguiendo la tradición de James Cameron o David Fincher en el pasado. Aun así, junto a Rodo Sayagues, escribió el libreto de la secuela para proteger a los personajes que conquistaron al público, con Cailee Spaeny como Marie “Rain” Carradine y David Jonsson como Andy a la cabeza. “Queríamos asegurarnos de que nadie los eliminara de golpe, como pasó con Hicks y Newt en Alien 3”, reconoció en una entrevista.

Lo curioso es que, pese a su salida de la dirección, Álvarez no rompe lazos con la saga. Seguirá como productor junto a Ridley Scott, lo que garantiza que la esencia de Romulus continúe viva. El cineasta admite que ya están buscando a un nuevo director que “vaya directo a la yugular” y mantenga el nivel de intensidad que tanto convenció en la primera entrega.

Los estudios quieren mantener el éxito de Romulus

No es casualidad que Disney y Fox quieran mantener el pulso de la saga tras los 350,9 millones de dólares recaudados y un 80% en Rotten Tomatoes, cifras que la alejan del mal sabor que dejaron los últimos experimentos de Scott. El reto ahora es si otro director sabrá mantener la atmósfera claustrofóbica y el ritmo de tensión que Álvarez clavó en su debut dentro de la saga.

La noticia también reabre un viejo debate entre los fans: ¿debería Alien apostar por un tono más experimental con cada entrega, o mantener un estilo más uniforme? En su día, cada director imprimió un sello propio: Ridley Scott con el horror cósmico, James Cameron con la acción militarizada y David Fincher con el nihilismo carcelario. Ahora, la secuela de Romulus se suma a esa tradición de “una y fuera” que ha definido el recorrido de la franquicia durante décadas.

La importancia de Rain en el futuro de Alien

En el centro de esta nueva etapa está Marie “Rain” Carradine, interpretada por Cailee Spaeny, una protagonista que ha logrado conectar con el público gracias a su mezcla de vulnerabilidad y fortaleza. Su arco recuerda al de Ellen Ripley, pero con un enfoque renovado que busca aportar frescura a la franquicia. Mientras Ripley representaba la supervivencia a toda costa, Rain parece encarnar la resistencia emocional en un contexto de aislamiento y miedo. Este paralelismo no es casualidad, ya que Álvarez construyó a Rain como un puente entre el legado clásico y la renovación que necesitaba la saga.

Por su parte, Andy, interpretado por David Jonsson, funciona como un complemento clave al personaje de Spaeny, aportando humanidad y contraste en medio del horror. Su relación con Rain podría convertirse en el eje emocional de la secuela, algo que marcaría un cambio respecto a entregas pasadas, donde las dinámicas humanas solían sacrificarse en favor del espectáculo de los xenomorfos.

Los personajes siguen disponibles para más historias

Mientras tanto, los seguidores de la saga pueden estar tranquilos. Rain y Andy no correrán la misma suerte que Hicks y Newt, al menos por ahora. La decisión de Álvarez y Sayagues de blindar a sus protagonistas en el guion garantiza continuidad emocional en la historia, algo que siempre ha sido un punto débil en Alien.

Lo que no se sabe todavía es cuándo llegará a los cines esta nueva entrega ni quién tomará las riendas. Lo que sí queda claro es que la llama del terror espacial sigue viva, y con Álvarez vigilando desde la producción, las probabilidades de que la secuela mantenga el listón son altas.