La nueva película de Andy Serkis sobre El Señor de los Anillos promete expandir la Tierra Media, pero tiene un reto enorme: volver a dar vida a un héroe ya completo
Regresar a la Tierra Media siempre suena a buena noticia, sobre todo si viene de la mano de Andy Serkis, el actor que inmortalizó a Gollum y ahora dirige The Lord of the Rings: The Hunt for Gollum. Esta nueva aventura servirá como precuelas de la trilogía original, y seguirá a Aragorn en una misión encargada por Gandalf: capturar a Gollum y llevarlo al Reino del Bosque para ser interrogado. Suena épico, ¿verdad? Pero bajo la promesa de nostalgia y acción se esconde un desafío más profundo.
El problema está en que Aragorn ya tuvo su arco completo en La Comunidad del Anillo, Las Dos Torres y El Retorno del Rey. Lo vimos pasar de un forastero errante a un monarca noble, enfrentando su destino y su legado con valentía. ¿Cómo se puede contar una historia anterior sin traicionar esa evolución? Esa es la pregunta que Serkis y su equipo tendrán que responder si quieren evitar repetir los errores de otras precuelas del universo Tolkien.
The Hunt for Gollum: el puente perdido entre El Hobbit y La Comunidad del Anillo
La cinta se ambientará entre el 111º cumpleaños de Bilbo y la partida de Frodo del Bosque, justo cuando la sombra de Sauron vuelve a crecer en Mordor. En ese periodo, Aragorn viaja incansablemente como Montaraz del Norte, siguiendo las pistas de Gollum por tierras salvajes y ruinas olvidadas. No hay batallas masivas ni ejércitos de orcos —al menos no al principio—, pero sí un viaje interior que puede definir quién es realmente el heredero de Isildur.

Y ahí está el truco: si The Hunt for Gollum quiere funcionar, no basta con llenar huecos cronológicos. Debe aportar algo emocionalmente nuevo. En la trilogía original, Aragorn encarnaba la esperanza, su nombre élfico Estel lo decía todo. Pero antes de ser el símbolo de la luz frente a la oscuridad, tuvo que enfrentarse a su propio vacío. Serkis podría explorar a un Aragorn roto, cansado y sin fe, un hombre que duda de sí mismo y del valor de su causa.
El héroe que olvidó tener esperanza
En las novelas de Tolkien, el pasado de Aragorn está marcado por la tragedia y la pérdida. Su padre murió a manos de los orcos cuando él era un niño, y su madre falleció justo antes de los eventos que veremos en la película. Su pueblo, los Dúnedain, estaba en decadencia, y su amor por Arwen parecía imposible. No es de extrañar que, al inicio de La Comunidad del Anillo, pareciera un hombre sombrío y reservado. Esa oscuridad, lejos de ser un fallo, podría ser el motor de la película.

La clave está en mostrar cómo recupera la fe. Quizá el encuentro con Gollum, la aparición de Gandalf o una visión del destino que le aguarda actúen como el punto de inflexión que lo lleve a convertirse en el héroe que conocimos. Serkis, experto en personajes fracturados, podría ofrecer una mirada más humana y menos idealizada de Aragorn, permitiendo que el público conecte con él desde un lugar de vulnerabilidad.
Un problema visible… y su solución escondida
El reto más evidente de The Hunt for Gollum no es narrativo, sino actoral: Viggo Mortensen tiene más de veinte años que cuando interpretó al personaje por primera vez. Aun así, con la magia del maquillaje, los efectos visuales y, sobre todo, una buena dirección de tono, esto puede jugar a favor. Ver a un Aragorn maduro en espíritu, aunque más joven en cronología, puede incluso reforzar la sensación de un hombre que carga con siglos de historia sobre sus hombros.
Por otro lado, El Hobbit ya demostró que una precuela puede enriquecer personajes secundarios. Legolas, por ejemplo, pasó de ser un elfo obediente en El Señor de los Anillos a un guerrero impulsivo y arrogante en El Hobbit, y ese contraste explicó parte de su evolución. Lo mismo puede hacerse con Aragorn: quitarle momentáneamente su esperanza para que la recupere en la trilogía posterior.
Un regreso que puede cambiarlo todo
Si Andy Serkis logra equilibrar la épica con la introspección, The Hunt for Gollum podría convertirse en algo más que un simple apéndice de El Señor de los Anillos. Sería una historia sobre la fragilidad del héroe, sobre cómo incluso los grandes reyes necesitan perderse antes de encontrarse a sí mismos.
Y, por supuesto, volver a escuchar el eco de las montañas de la Tierra Media, ver los bosques de Rivendel o las sombras de Mordor, será para muchos fans un viaje de regreso al hogar. Porque, como dijo una vez el propio Aragorn, “no todo lo que oro reluce, ni toda la gente errante anda perdida”. Y si algo puede devolvernos esa magia, es ver cómo un hombre vuelve a creer en la esperanza.


