Un giro inesperado obliga a un veterano héroe a romper su propio código y a vivir con ello
El código del héroe
Para entender por qué esta muerte pesa tanto, antes hay que recordar lo retorcido que se había vuelto el Crimson Archer en esta versión actualizada. Su origen seguía el rastro del villano clásico Herb Vraney, pero el nuevo enfoque no se conformaba solo con la vendetta personal contra Ollie: lo convertía en un magnate farmacéutico corrupto y, peor aún, en el responsable de una epidemia mortal gracias a su droga Crimson Sand, inyectada con flechas hipodérmicas para “limpiar las calles”.
Vamos, un psicópata con estética corporativa y un ego lo suficientemente grande como para creer que estaba impartiendo justicia poética a sus propias víctimas.
Mientras Green Arrow intentaba frenarlo como podía —incluyendo una pelea que acabó incendiando el edificio del villano, porque Ollie nunca hace nada a medias—, el fuego atrajo a dos figuras que marcarían el destino final del enfrentamiento: Roy Harper y su hija Lian. Y ahí es donde todo se descarrila.
La tragedia inevitable
Lo que convierte esta secuencia en un golpe al estómago es que Roy Harper, conocido como Arsenal y antiguo Red Arrow dentro de la Justice League, llega a la escena en un momento crucial: cuando el Crimson Archer parecía tener a Ollie completamente superado. En ese instante, el villano comete su error definitivo: olvidarse de Roy.
Y si conoces la historia del personaje, sabes que eso nunca acaba bien.
Roy había sobrevivido instantes antes a la exposición a Crimson Sand, algo especialmente duro teniendo en cuenta sus antecedentes como exadicto a la heroína. Y claro, encontrarse con una flecha hipodérmica caída en la azotea debió encender todas las alarmas… pero también todos los traumas.
En un arrebato de desesperación, y quizá de justicia irónica, Roy le devuelve al villano su propia medicina. Literalmente.
Consecuencias que duelen más que un flechazo
Lo más interesante es que el cómic deja en el aire si esta es la primera vez que Roy mata en la continuidad actual. Como antiguo agente de la DEA, técnicamente pudo haber usado fuerza letal en el pasado… pero una cosa es el deber profesional y otra muy distinta es quitarle la vida a alguien en primera persona, desde el impulso y el miedo.
Ese es el punto exacto donde el héroe y el hombre colisionan.
Un cierre que abre más heridas
Este final convierte Crimson Sands en una historia que no va solo de detener a un villano, sino de mostrar cómo los traumas no desaparecen por arte de magia y cómo las decisiones desesperadas de un héroe pueden tener secuelas duraderas, incluso cuando “salvan el día”.
Roy Harper sale vivo de esta, pero no indemne. Y sinceramente, ahí está la fuerza del número.
Ahora bien, más allá del golpe emocional, este número abre puertas tentadoras de cara al futuro:
¿cómo afectará esto a Roy?
¿Será un retroceso en su recuperación o un punto de inflexión?
¿Puede la Justice League mirar a otro lado ante lo ocurrido?
¿Tendrá que enfrentarse a consecuencias legales, éticas o familiares?
Si DC quiere explorar las sombras que siempre han rodeado a este personaje, acaba de recibir el mejor punto de partida posible.


