Las guerras suelen ser un periodo de grandes innovaciones técnicas, ya que las partes involucradas en dichos conflictos necesitan que las grandes mentes de cada país trabajen a destajo para encontrar nuevos tipos de armas o mejoras bélicas que permitan someter al enemigo con mayor rapidez. En consecuencia, es una triste reflexión pensar en la perversidad del ser humano al inventar algo que puede asesinar a miles de personas en apenas segundos, como es el caso de las famosas bombas atómicas. Esta arma será, por tanto, el hilo conductor del tomo que clausura la cabecera.
Como siempre, realizo un breve recordatorio a todo lo acaecido, tratándose prácticamente de una copia del anterior volumen, que analicé la semana anterior. En el primer tomo, Hitler era asesinado en 1939, originando un cambio en la posterior Batalla de París y creando fuertes divisiones en el Tercer Reich. A la postre, esto hace que el conflicto bélico sea totalmente distinto al vivido en la realidad. Posteriormente, en el segundo volumen, la España de Franco se unía a Alemania con el fin de invadir el peñón de Gibraltar: mientras que en la tercera entrega los británicos planificaban una ingeniosa treta para forzar a Estados Unidos a tomar parte en la guerra. A su vez, en el cuarto recopilatorio, el mismo ejército inglés traza un plan para eliminar a Vasili Záitsev, un francotirador soviético que ha abatido a múltiples de sus oficiales. Seguidamente, en el quinto, veíamos cómo los italianos sufrían la guerra y cómo esta afectaba al Vaticano, entre otras cosas. Por último, en el penúltimo tomo de la serie, contemplábamos la crueldad del ejército imperial japonés y la coyuntura en el continente asiático.
A diferencia de los volúmenes anteriores, en los que el avance o desarrollo de la guerra cobraba más importancia al inicio del tomo, en este ocupa exactamente dos páginas al haber poco que contar: Alemania está al borde de la derrota y trabaja a contrarreloj para hacerse con una poderosa arma que pueda alterar drásticamente el curso de la guerra. Los aliados, por ende, desean alcanzar la victoria con premura y evitando el mayor número posible de bajas, por lo que deben tomarse en serio las macabras investigaciones del Tercer Reich.
Así pues, el guionista original de la primera entrega, David Chauvel, recupera a uno de los supervivientes de la singular Batalla de París allí narrada y le asigna una misión primordial: infiltrarse en las líneas alemanas junto a tres hombres más, dos científicos y otro sargento, con la finalidad de descubrir el estado de la investigación acerca de la “bomba de desintegración” o bomba atómica llevada a cabo por los científicos nazis. De este modo, el sargento Meineur, que ha logrado sobrevivir a todo tipo de misiones a lo largo de estos cuatro años de conflicto, deberá enfrentarse a una última operación de la que quizá no vuelva vivo.
Del párrafo anterior podemos extraer uno de los temas que Chauvel trata mejor en el recopilatorio: las motivaciones del soldado, fundamentalmente al inicio de la historia. En otras palabras, el sargento Meineur se cuestiona a lo largo del recopilatorio los motivos por los que lucha y hasta dónde está dispuesto a llegar, aceptando así una misión poco menos que suicida. Otro de los aspectos bien plasmados son los campos de concentración, que no habían salido en toda la cabecera y están también muy presentes en esta última entrega. Impagable ver la reacción del protagonista al escuchar todo tipo de crueldades a los que eran sometidos los prisioneros, y cómo se sorprende todavía más al ver de qué forma tan serena narra los acontecimientos uno de los que consiguieron huir de tal barbarie.
No obstante, este excesivo interés en dichos campos es el mayor fallo del tomo: el punto inicial de la historia o la premisa apenas tiene importancia salvo al principio y final del volumen. Es decir, como lectores nos entra un cierto sentimiento de descolocación al contemplar el desarrollo del argumental. Además, personalmente considero que ese tema ya está demasiado tratado en muchos otros formatos y obras, de modo que esa sensación de frescura e innovación que otorgaba la serie se diluye en su última entrega. Dicho de otra forma, la trama posee menor interés que en el resto de los volúmenes y, además, Chauvel ha optado por un mal camino al elegir los campos y no las investigaciones de la bomba. El final tampoco me agradó del todo: es cierto que hay un giro bueno (previsible, no obstante) con una doble página espectacular, pero me han faltado una explicación final de cómo terminó la guerra con algunas páginas adicionales, similar a como’ WW2.2′ lo venía haciendo hasta ahora al inicio de cada recopilatorio.
D
el aspecto gráfico, dado que repite el equipo del primer volumen, esto es, Hervé Boivin a los lápices y Derf en el color, poco más hay que añadir a lo dicho entonces: ambos plasman correctamente los distintos escenarios en los que sucede el tomo, así como las emociones de los distintos personajes. Destacar sin duda todo lo relativo a la explicación de los campos, tanto las páginas sin diálogo y colores ocres en los que se narra la coyuntura de los prisioneros como las expresiones faciales de Meunier al escuchar todo esto.
Respecto a la edición, es casi idéntica a las entregas anteriores: al tratarse de cómic europeo, el formato, así como su precio, es considerablemente diferente a los habituales. Es decir, Diábolo Ediciones nos ofrece el último tomo de la cabecera de 64 páginas (en lugar de las 56 habituales) encuadernado en cartoné por 15,95€. En suma, Chauvel malogra el final de la colección con una mala decisión y un tratamiento erróneo de la trama, lo que convierte a este tomo en el peor de la cabecera a mi juicio. Una pena teniendo en cuenta el buen hacer que hasta ahora habían tenido los distintos equipos creativos, incluido el dúo Boivin-Chauvel. Sea como sea, la caída de calidad de este tomo no hace que deje de recomendar ‘WW2.2’, aunque tened en cuenta que su final deja que desear.
David Chauvel, nacido el 18 de diciembre de 1969 en Rennes (Francia), no estaba predestinado a los cómics. De hecho, estudió un bachillerato de economía y después comercio internacional pero, reacio a llevar traje y corbata para encontrar un puesto de trabajo en el sector, se matriculó en el paro y pasa su tiempo libre leyendo historietas, incluyendo V de Vendetta de Alan Moore y David Lloyd. Así nace su vocación.
Ayudado por Lucien Rollin, a quien conoció en una firma de libros, empieza a escribir en su esquina, antes de unirse al estudio “Estornudo”. Lucien Rollin, un tiempo después, lo presenta a Fred Simon, con quien creó la serie de Rails. Dado que tras Rails obtuvo numerosos encargos, abandonó su puesto de trabajo del operador en un centro de datos para dedicarse por completo a los cómics.
Entre sus influencias encontramos la “nueva ola británica” (Moore, Gaiman o Milligan, entre otros) y el thriller muy oscuro, un género que explora a través de series y one-shots. Junto con Hervé Boivin creó ‘WW2.2’, una ucronía ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Hoy, él combina su trabajo como editor y escritor.
Hervé Boivin nació el 29 de agosto 1974 en Orleans (Francia). Estudió el equivalente al bachillerato artístico en España y luego ingresó a la Escuela de Bellas Artes de Rennes, donde estuvo cuatro años. Tras publicar algunos trabajos, trabajó para la agencia de diseño gráfico Totem donde conoció a David Chauvel, con quien colaboró para realizar ‘WW2.2’.
En los últimos años, es parte de la asociación Doodle que organiza anualmente un festival en Saint Brieuc sobre fantasía, piratas y ciencia-ficción. Sus proyectos incluyen sobre todo trabajos para la ilustración y el teatro (pues su hermano es actor) y organizar prácticas para enseñar sobre cómics.
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[note] WW2.2 La otra guerra mundial 7: Paris, mon amour
Tras el fracaso de la invasión británica y la caída de Colonia, la victoria parece estar al alcance de los aliados. Pero el canciller Himmler cree en el poder de la última arma desarrollada en secreto por los científicos alemanes. Sus enemigos lo saben, y por eso lanzan en paracaídas en el corazón del Reich a un pequeño grupo de soldados que se encargarán de localizar y, en caso de ser posible, neutralizar esa “bomba de desintegración” que podría dar la vuelta al curso de la guerra.
WW 2.2. La otra guerra mundial es una serie de 7 números publicados todos a lo largo del 2013, en la que se plantea como habría sido la historia si algunos acontecimientos se hubieran producido de otra manera.
Otoño de 1939, Hitler acaba de ser asesinado. La guerra continúa, pero será completamente diferente. [/note]
