Un recorrido por la vida de Paul Neary, cuya pasión por el cómic trascendió fronteras y generaciones
En el vasto universo del cómic, existen estrellas que, aunque a veces no brillen con la luz más intensa en el firmamento público, su influencia y legado resuenan a través de las décadas, forjando caminos para las futuras generaciones y dejando una marca indeleble en el tejido mismo del medio. Una de estas estrellas, Paul Neary, ha concluido su viaje terrenal, dejándonos a la edad de 74 años tras una valiente batalla contra una larga enfermedad.
La carrera de Paul Neary abarcó más de cinco décadas, un testimonio de su dedicación y amor por el cómic. Como editor, dibujante, entintador y más, Neary se convirtió en un pilar de la industria, no solo en su natal Reino Unido sino también a nivel internacional, contribuyendo de manera significativa a títulos emblemáticos como Capitán América y Wolverine, y ejerciendo una influencia crucial como Editor en Jefe de Marvel UK.
La huella de un mentor
Lo que quizás distinguió a Neary no fue solo su habilidad para crear y transformar páginas en aventuras que capturaban la imaginación de los lectores, sino su dedicación a mentorizar a artistas emergentes. Fue esta pasión por nutrir el talento lo que dejó una marca indeleble en aquellos que tuvieron el privilegio de aprender de él.
Desde sus primeros días, la curiosidad y el amor de Neary por el cómic lo llevaron a cruzar el Atlántico, logrando su primera oportunidad profesional en la revista Eerie. Este fue solo el comienzo de una carrera que lo vería innovar y experimentar a través de varios géneros y estilos, desde adaptaciones de películas de Hammer Comics hasta colaboraciones en Doctor Who Magazine y mucho más.
Reinventando el panorama británico
Su paso por Marvel UK fue particularmente transformador, donde, más allá de las reimpresiones de cómics estadounidenses, Neary se propuso originar tiras autóctonas, reinventando figuras como Capitán Britania. Sin embargo, fueron sus esfuerzos por crear un entorno que fomentara el desarrollo de nuevos creadores lo que tal vez se recuerde con mayor cariño, estableciendo un legado de mentoría que trascendió su trabajo editorial.
A lo largo de los años, Neary se adaptó y evolucionó, pasando de la escritura y dibujo a un enfoque más enfocado en el entintado, colaborando estrechamente con figuras como Alan Davis y Bryan Hitch. Su trabajo no solo se celebró por su calidad artística sino también por el impacto que tuvo en elevar el estándar y la percepción del entintado dentro de la industria.
Un adiós de la comunidad
Las condolencias y tributos no han tardado en llegar, reflejando el profundo respeto y cariño que la comunidad del cómic tenía por Neary. Figuras como Paul Levitz y JM DeMatteis han compartido palabras de despedida, destacando no solo su talento artístico sino también el carácter y la humanidad de Paul. Gary Erskine y David Macho, entre otros, han rememorado cómo Neary les ayudó a encontrar su potencial, subrayando su papel como mentor y amigo.
Aunque Neary haya partido, su legado perdura en las páginas que ilustró, en las historias que ayudó a contar y, lo más importante, en los artistas a los que enseñó y apoyó. La industria del cómic ha perdido a uno de sus grandes, pero el recuerdo de su contribución y la influencia de su mentoría seguirán inspirando a futuras generaciones de creadores.
El mundo del cómic se despide de un gigante, recordando no solo al artista sino al mentor, al amigo y al visionario que fue Paul Neary. Su obra y su influencia seguirán siendo un faro para aquellos que buscan plasmar sus propias historias en el lienzo infinito de la narrativa gráfica. Descanse en paz, Paul Neary, y que tu legado continúe inspirando a corazones y mentes en todo el mundo del cómic.
