Un premio que no solo celebra la obra, sino la valentía y el compromiso con la libertad dejando un mensaje de justicia y memoria de Marjane Satrapi
La voz de Marjane Satrapi, aclamada autora e ilustradora iraní, resuena más allá de las fronteras de su natal Irán. Desde París, nos llega su mensaje, cargado de emociones y un hondo sentido de justicia, tras recibir el prestigioso Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2024. Su declaración no solo celebra un reconocimiento personal, sino que se convierte en un eco de la lucha por los derechos humanos en Irán, resonando como un clamor por la libertad y el cambio social.
Un honor que trasciende lo personal
“Obviamente, es un gran honor y un inmenso placer recibir este premio, aunque, sin falsa modestia, no sé realmente si lo que he hecho por la humanidad es tan notable”. Con estas palabras, Satrapi expresa su humildad y la sorpresa ante el reconocimiento, mostrando una reflexión profunda sobre su impacto y la responsabilidad que conlleva. A pesar de sus dudas, su obra y su activismo hablan por sí solos, marcando un antes y un después en la percepción global de los derechos humanos en Oriente Medio.
La creadora de la novela gráfica “Persépolis”, que narra su experiencia creciendo durante la Revolución Islámica, no solo ha capturado la atención del mundo a través de su arte, sino que también ha utilizado su voz para destacar la lucha de su pueblo. En este sentido, su premio se convierte en un símbolo, no solo de su éxito individual sino de una batalla colectiva por la libertad y la dignidad humana.
Dedicación a los jóvenes luchadores
“Hoy se honra a todos los jóvenes que perdieron la vida y a los que continúan el combate por la libertad en Irán”. Este emotivo reconocimiento extiende el honor del premio a aquellos que han pagado el precio más alto en la búsqueda de la justicia. Marjane no olvida a quienes, desde las sombras, continúan luchando, y su premio se convierte en un altavoz para sus voces a menudo silenciadas.
En una dedicación particularmente conmovedora, Satrapi pone el nombre de Toomaj Salehi, artista de rap condenado a muerte recientemente por su música a favor de la libertad, en el corazón de su discurso. Este gesto no solo realza la gravedad de la situación en Irán, sino que también subraya la importancia de la solidaridad internacional en la lucha contra la opresión y por los derechos humanos. El reconocimiento público de Salehi destaca cómo el arte sigue siendo un vehículo potente para la resistencia y la protesta, y cómo los artistas y sus obras se convierten en baluartes de las aspiraciones libertarias.
Por un mundo mejor para todos
Con un llamado a la acción global, Marjane concluye: “Por un mundo mejor para todos, Gracias“. Estas palabras, aunque breves, son un poderoso recordatorio de que la lucha por la libertad y la justicia es universal. La dedicación de Satrapi a la causa va más allá de los premios y los reconocimientos, y nos invita a todos a reflexionar sobre cómo podemos contribuir a un futuro más justo y equitativo.
El Premio Princesa de Asturias no solo reconoce a un individuo sobresaliente en el campo de la comunicación y las humanidades, sino que también sirve como un reconocimiento a las causas que este defiende. En el caso de Marjane Satrapi, es un recordatorio de que el arte y las palabras tienen el poder de cambiar el mundo, un mensaje a la vez. Este galardón enfatiza la capacidad del arte para trascender fronteras y actuar como un catalizador para el cambio social y político, amplificando las voces que a menudo son silenciadas en regímenes autoritarios.