miércoles, diciembre 4, 2024

El chico de la semana: Sumanguru

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Panini

Descubre a Sumanguru, uno de las malvados seres a los que Hulk debe hacer frente en la actualidad.

Aunque, desde el inicio de su andadura, el increíble Hulk le ha plantado cara a todo tipo de enemigos, que van desde humanos normales hasta los más variopintos villanos, actualmente tiene que verse las caras con una gran cantidad de monstruos como la Primogénita Sally Barstowde la que ya hablamos en su momento, al igual que hicimos con Jinni Dagaal y con Nephele. En este artículo nos centraremos en Sumanguru, también conocida como el Tejedor de Carne.

Este peculiar personaje ha visto la luz por primera vez en la aventura titulada Doctor Voodoo And The Soul Cage, Part Two, publicada este mismo año en el cómic The Incredible Hulk nº 13, con guion de Phillip Kennedy Johnson y dibujos de Nic Klein, cuya portada puedes ver bajo este párrafo, para convertirse en el único ser que quizás pueda llevar a Bruce Banner y al coloso esmeralda en la dirección correcta para que puedan salvar a su amiga Charlie Tidwell, que fue encerrada dentro de una muñeca ósea por Nephele, más conocida ahora como Charlotte Congelada. No obstante, el hecho de que pueda ayudarlos no significa que vaya a querer hacerlo.

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Sin embargo, al contrario que la mayoría de las extrañas criaturas a las que Hulk se está enfrentado en sus últimas aventuras publicadas, Sumanguru destaca por haber tenido un origen humano. Nació en un aldea olvidada y, a pesar de no ser especialmente prometedor en nada, tenía la idea fija, desde niño, de que algún día se iría de casa en pos de la fortuna. La verdad es que no se podía decir que, si se marchaba, dejaría atrás a muchos amigos, ya que la única vecina con la que tenía contacto era con una vieja bruja que respondía por el nombre de Abeba.

Pese a que residía en una cueva y sobrevivía gracias a sus hechicerías, su charlatanería, sus polvos, espejos y cajas de doble fondo, Abeba tenía cautivado a Sumanguru, ya que la consideraba una bruja auténtica y quería aprender de ella. Sin embargo, pese a apreciar al muchacho, ella siempre le decía que no tenía nada que enseñarle.

No obstante, Sumanguru insistió tanto que Abeba terminó por hablarle en estos términos:

En la próxima noche sin luna, tráeme un niño humano (…) Tráeme un niño todas las noches sin luna y aprenderás magia, aunque el precio será tu humanidad.

Sumaguru se convirtió en el sirviente de Abeba, sin importarle mucho que la bruja se alimentara de los niños y los envolviera en capullos de seda, ya que aprendió muchas cosas de ella, como canciones para dejar ciega a la gente, oraciones para malograr cosechas, palabras que convertían la madera en oro o extraer fuerza de la sangre ajena. Sin embargo, nada de todo aquello tenía comparación con el rito prohibido del tejido de carne.

Las cosas se complicaron cuando en el pueblo empezaron a sospechar de la ausencia de tantos niños. Así, la siguiente vez que Sumanguru trató de llevarse uno, su padre, que era cazador, lo sorprendió y lo persiguió mientras le disparaba flechas, una de las cuales le ocasionó una herida mortal.

Sumanguru habría muerto entre el lodo y los juncos de la orilla del río si el cazador no se hubiera acercado a rematarlo. Sin embargo, lo hizo y fue recibido con una pedrada en todo el cráneo lanzada con las pocas fuerzas que aún le quedaban a su presa. Pero los hechizos que Abeba le había enseñado a Sumaguru le sirvieron para conseguir beberse la sangre del cazador, además de inspirar su último aliento para sus propios pulmones.

Mientras entonaba un canto, Sumaguru dio forma a un hilo de seda con la sangre, el aliento y el alma del cazador, que utilizó para crear un capullo al que traspasó su propia esencia vital. Regresó a la aldea aquella misma noche, pero no como sí mismo sino como el cazador.

Con el tiempo, la ambición de Sumaguru le llevó a suplantar a un jefe tribal y a un rey, lo que le permitió amasar una gran fortuna usurpada a sus mortales víctimas. No había mujer u hombre que pudiera escapar a su codicia si sus cuerpo podían concederle algún beneficio.

Sin embargo, todo lo que sube tiene que bajar y Sumanguru no es una excepción. Acabó por ser derrocado y convertido en un prisionero de las jaulas de almas del Doctor Vudú, donde, no obstante, continua complaciendo sus tortuosas fantasías.

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Por desgracia, el enfrentamiento de Bruce Banner y Hulk contra Sumanguru no fue tan provechoso como cabía esperar, ya que el Tejedor de Carne no tenía la capacidad de devolver a Charlie Tidwell a su estado original, aunque, al menos, dio una pista de hacia dónde debían dirigir sus pasos Banner y el coloso esmeralda.

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