Florence Pugh se roba el protagonismo en esta arriesgada apuesta de Marvel que huele a redención, traumas y acción real
Dos frases bastan para encender el hype: “Es cruda y profundamente humana”. Así han descrito los primeros afortunados que han visto Thunderbolts, el nuevo pelotazo del Universo Cinematográfico Marvel (UCM) que, según cuentan, marca un giro inesperado y necesario en la franquicia. Olvida lo que sabes de películas de superhéroes. Aquí los trajes están manchados de pasado, el humor es negro y el alma de cada personaje lleva cicatrices.
Dirigida por Jake Schreier, el mismo que firmó Ciudades de papel y algunos capítulos de Beef, esta nueva entrega del UCM se centra en un grupo de antihéroes a la deriva, arrastrados por sus propias culpas y lanzados a una misión suicida que podría redimirlos… si es que no se matan entre ellos antes.
Una películas más real y humana
El reparto es uno de esos que hacen que tu corazón friki dé un vuelco: Florence Pugh, Sebastian Stan, David Harbour, Wyatt Russell, Julia Louis-Dreyfus y Lewis Pullman. Todos ellos dan vida a personajes que ya han conquistado a los fans en entregas previas, pero esta vez no hay red de seguridad. Thunderbolts va a la yugular emocional, y no se detiene.
Las reacciones han sido demoledoramente positivas. En redes, los afortunados que ya la han visto en pases de prensa o eventos exclusivos no se cortan: “Es lo más oscuro y sincero que ha hecho Marvel”, “Un viaje desgarrador por la culpa y el perdón”, “Una joya que llega cuando más lo necesitábamos”. Florence Pugh, que vuelve a meterse en la piel de Yelena Belova, ha sido el blanco de los mayores elogios: “Una interpretación digna de Oscar”, dicen por ahí. Y lo cierto es que ya se habla de ella como el rostro del nuevo UCM.
La química entre los miembros del equipo ha sido otro de los aspectos más aplaudidos. Aunque se trata de un grupo disfuncional de inadaptados, parece que esa mezcla imperfecta funciona a la perfección en pantalla. Y no solo en lo emocional: también hay acción. Pero ojo, nada de CGI descontrolado. Aquí lo que se destaca es lo práctico, real, crudo. Peleas que duelen, heridas que dejan marca y decisiones que pesan más que cualquier escudo.
La nueva apuesta de Marvel
Una de las frases más compartidas es esta: “Esto es como si Marvel se metiera de lleno en el cine independiente”. Y tiene sentido. Thunderbolts parece renunciar a las fórmulas mágicas y apuesta por una narrativa más íntima, más sucia, pero también más sincera. Incluso los fans más escépticos se han sorprendido con lo que vieron: “Ojalá hubieran hecho esto antes”, escribe un usuario que resume lo que muchos sienten: esto era lo que hacía falta para reavivar el amor por Marvel.
Hay que destacar también el papel de Sebastian Stan como Bucky Barnes, quien, aunque no lidera la trama, se luce en varias escenas que ya se perfilan como memorables. Sin embargo, todos coinciden en que el peso emocional recae en Yelena. Su arco narrativo, repleto de dolor, ironía y resistencia, podría convertirse en uno de los más importantes del universo Marvel post-Endgame.
Además, aseguran que hay sorpresa tras los créditos. “Algo magnético”, dicen. Así que ya sabes: quédate en tu butaca hasta que se enciendan las luces.
Una nueva era para Marvel
El estreno oficial de Thunderbolts está a la vuelta de la esquina: el 1 de mayo en cines de Reino Unido y el 2 de mayo en Estados Unidos, cerrando así la Fase 5 del UCM. No es poca cosa. Y si cumple con todo lo que prometen estas primeras impresiones, podría marcar el renacer de una saga que muchos daban por desgastada.
El giro hacia lo humano, lo roto y lo imperfecto puede ser justo lo que necesitaba la franquicia para volver a conectar con sus fans de siempre y, de paso, atraer a nuevos espectadores que se habían cansado de los fuegos artificiales sin alma.