Tras años lanzando contenido a una velocidad de vértigo, especialmente por el empuje de Disney+ y su demanda de series, el estudio ha detectado que el exceso ha jugado en su contra. Ya no se trata solo de mantener el ritmo de estrenos, sino de que los fans sientan que tienen que ver todo para no perderse nada. Y claro, eso no es sostenible. Ni para ellos, ni para nosotros.
Una de las decisiones más claras ha sido reducir el número de series live-action a una o dos por año. Pero no solo eso, sino que ahora buscarán que sean más independientes, sin obligarte a haber visto otras cinco para entenderla. Un buen ejemplo es Daredevil: Born Again, que ya se presenta como uno de los pilares del nuevo enfoque post-reestructuración.
Y añadió algo bastante interesante: “No estamos de brazos cruzados. Usamos ese tiempo para cocinar las cosas mejor. Al final, eso solo puede mejorar el resultado.” Vamos, que prefieren hornear a fuego lento que freír a toda prisa.
¿Será suficiente para recuperar la chispa? Todo apunta a que sí, o al menos, a que van por el buen camino. Admitir que algo no funciona y buscar soluciones es justo lo que los fans querían ver desde hace tiempo.
Porque al final, de eso va todo esto: de pasarlo bien, emocionarse, flipar, y salir del cine con ganas de volver. Y si Kevin Feige vuelve a poner eso por delante, puede que el UCM esté lejos de haber dicho su última palabra.