La nueva Blancanieves de Disney tropieza en taquilla pero encuentra su redención en Disney+
Pocas películas han protagonizado un cuento tan torcido como la nueva versión de Blancanieves. Lo que empezó como un intento de reimaginar el clásico de 1937 acabó siendo uno de los mayores tropezones de Disney… hasta que el streaming obró su magia.
La actriz Rachel Zegler, conocida por West Side Story, no tuvo precisamente una alfombra roja de bienvenida. Desde el anuncio del proyecto, el remake en acción real de Blancanieves estuvo rodeado de polémicas, trolleos en redes y críticas que iban más allá del cine. Sin embargo, a pesar de todo, el filme ha conseguido escalar hasta el top 4 mundial en Disney+ en cuestión de horas, tras su estreno el 11 de junio.
Blancanieves
Lo que en cines fue un descalabro, con una apertura nacional de apenas 42,2 millones de dólares frente a un presupuesto de 269 millones, ha tomado un rumbo completamente distinto en plataformas digitales. Solo en su primer día en Disney+, lideró las listas en 12 países y se situó en el tercer puesto en Estados Unidos, justo detrás de Love & Mercy y The Accountant 2.
Pero este pequeño milagro en streaming no borra los meses de drama que acompañaron a la producción.
La tormenta empezó mucho antes del estreno, cuando se confirmó que Zegler encarnaría a la princesa. Aunque su talento no estaba en duda, muchos fans esperaban una adaptación más fiel al clásico de 1937. La explicación de que el nombre Blancanieves hacía alusión al clima y no a su tez fue solo la chispa que encendió un debate sobre inclusión, “wokismo” y fidelidad a los cuentos tradicionales.
A esto se sumó una entrevista de 2022 donde Zegler calificaba la versión original como “anticuada” y describía la relación de Blancanieves con el príncipe como “rara”. Estas palabras no cayeron nada bien entre los fans más puristas, que ya venían molestos.
Y por si fuera poco, llegó la controversia de los enanos. Peter Dinklage, actor de Juego de tronos, criticó la representación de los personajes clásicos por perpetuar estereotipos. En su lugar, Disney optó por sustituirlos con “criaturas mágicas CGI”, una decisión que no gustó ni a un lado ni al otro. Incluso actores con acondroplasia se quejaron de que se les estaba quitando una oportunidad laboral.
Las reseñas no ayudaron a levantar el vuelo. Con un 39% en Rotten Tomatoes y una media brutal de 1.8 sobre 10 en IMDb (con claros indicios de review bombing), el boca a boca no favoreció a la película. Aunque, curiosamente, el público general en Rotten le otorgó un más generoso 71%, lo cual sugiere que el problema no era tanto la película, sino lo que se decía de ella.
A día de hoy, Snow White se enfrenta a un curioso dilema: fracaso en cines, éxito en streaming. Es una historia que parece sacada del mismo cuento que intenta recontar, donde la protagonista cae en desgracia… pero acaba encontrando un inesperado “felices para siempre”.
Rachel Zegler, a pesar de las críticas, ofrece una interpretación sólida como Blancanieves, con un tono más empoderado que en la versión de 1937. La película, dirigida por Marc Webb (The Amazing Spider-Man), apuesta por un enfoque moderno, con un diseño visual cuidado y algunos cambios estructurales que, si bien no gustaron a todos, resultan coherentes con los valores actuales que Disney quiere transmitir.
Por otro lado, Gal Gadot como la Reina Malvada es uno de los puntos más celebrados. Su interpretación derrocha carisma y malicia, y su presencia ha sido destacada incluso por los críticos más duros con el filme.
En comparación con otros remakes recientes de Disney como La Sirenita o Mulan, Blancanieves se ha llevado la peor parte mediáticamente, aunque su recuperación en streaming recuerda al fenómeno de Encanto, que también tuvo una vida breve en cines y despegó gracias a Disney+.
¿Moraleja? En esta nueva era de consumo digital, ni el espejo mágico sabe con certeza dónde está el verdadero éxito.